V!

63 7 2
                                    

John se había levantado de su cama en la madrugada, ya que no podía dormir, entonces fue a sentarse en el sofá con su computadora, para así actualizar su blog, pero su idea fue interrumpida por cierto sociópata, que al parecer no lo había visto y dijo algo que lo dejó helado.

-Watson me siento atraído por usted.

Sherlock luego de decir esto, se fue sin más, algo le decía a John que no debía de haber escuchado eso. Pero, Holmes, ¿se sentía de verdad atraído por el...? no sabía que pensar, solo pudo visualizar como sería su vida si fuera pareja de su compañero. Se quedó muy confundido, ¿porque había pensado eso? a el, también le atraía Sherlock, quizas ya no era sólo atracción, sino que le gustaba su amigo.

. . .

El día fue normal, John no habia tocado ese tema, quería asegurarse de que Sherlock decía la verdad, y no era otro de sus experimentos, así que prefirió quedarse callado y esperar alguna acción de parte del detective, y así fue, Sherlock le habló.

Sherlock: Watson, tenemos otro caso, según Lestrade hay un mercenario en el vagón 407 del tren 31, así que nos pidieron que vayamos y descubramos a ese hombre.

John: Está bien Holmes, ¿nos vamos?

Ya estando en el tren, intentaron buscar a un persona que compartía los rasgos que Lestrade les había mencionado anteriormente, sin mucho éxito, ya que había demasiadas personas con esas características.

Pero...

Se escuchó un disparo, habían matado a una pobre mujer, y el responsable era idéntico como había dicho el policía. Sin dudarlo mucho, lo intentaron perseguir, con tanta gente desesperada por salir de ese vagón, era difícil pasar por allí, aunque al final lo lograron, y siguieron a ese hombre hasta el último vagón, en donde lo perdieron de vista, pero lograron ver a más hombres, seguramente aliados, querían ir y tomar justicia por esa mujer y todas las personas inocentes asesinadas.

. . .

Algo los detuvo, esos cinco hombres sacaron una pistola cada uno, iba a ser imposible salir de su escondite, ya que les volarian la cabeza. Sherlock tenía un plan, distracción. Aunque necesitaría la ayuda de su asistente, con algo de duda lo llamó.

Sherlock: Doctor. -John lo mira, prestando mucha atención a las palabras que vaya a decir el detective.
Tengo un plan, pero voy a necesitar de su ayuda.

John: Dígame, Holmes

Sherlock estaba nervioso y ansioso al mismo tiempo. Pero finalmente se lo dijo.

Sherlock: Mi plan sería que nos besemos, y así incomodar a los mercenarios, para luego intentar hacer algo contra ellos. Se que suena algo raro, pero creame, va a funcionar.

John: En realidad, Holmes, creo que es un plan magnífico, todos sus planes son así de cualquier modo.

Sherlock se puso nervioso ante ese comentario, pero sin más que pensar, pusieron en marcha el plan.

Sherlock empujó a John fuera del escondite, para acorralarlo y luego besarlo y poder disfrutar de cada milímetro de su cavidad bucal y John, siguiendo el beso, puso sus manos en la cara del detective, mientras que este último, apoyó sus manos en la cadera del doctor, haciendo que haya menos espacio entre ellos. Sherlock, rozó intencionalmente su miembro con el de John, pero rápidamente lo soltó y disparó al que parecía ser el jefe de esos hombres, gracias a su buena puntería, le dió en la cabeza, para que luego caiga muerto en el suelo. John con una gran agilidad disparó a los otros hombres en sus piernas haciendo que caigan arrodillados, sin darles tiempo a que disparen, Sherlock les sacó todas las armas que tenían, haciendo que queden desprotegidos. Luego esposaron a todos y llamaron a Lestrade, diciéndole que ya lo habían conseguido.

. . .

Al estar volviendo a su hogar, hablaban tranquilamente, aunque a Sherlock se le salió algo que no quería decir.

Sherlock: No besa nada mal, doctor.

John quedó sorprendido por tal halago, a el también se le escapó algo que probablemente nunca hubiera dicho.

John: ¿Quiere probarme de nuevo?

Sherlock quedo atónito ante tal petición, aunque sin dudarlo, lo agarro del cuello de la camisa y lo besó. Fue bastante intenso, cuando John se quedó sin aire, Holmes aprovechó y metió su lengua en la boca de su compañero, bajando sus brazos hasta la parte baja trasera del doctor, John, encantado por esa acción, rodeó el cuello del detective con sus brazos, para así profundizar más ese beso. Luego de unos minutos bastante... calientes... se separaron, y se miraron con dulzura a los ojos, Sherlock dejó un piquito rápido en los labios de su acompañante.

Sherlock: Watson.

John: Holmes.

Se quedaron admirando el rostro del otro, para luego reírse. Y juntando sus manos, terminaron el camino hasta su hogar. Desde ese día, juraron quererse y protegerse, sin importar nada más, y no iban a permitir que alguien o algo se interviniera en su extraña relación.

O....


Eso pensaron ellos....

____________________

. . .

____________________

Sueños Donde viven las historias. Descúbrelo ahora