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Sherlock corría para lograr cubrir a su compañero, que estaba gravemente herido, pero cuando logró llegar, ya era muy tarde...







Se escuchó un estruendoso disparo...





Sherlock despertó, todo sudado y con el corazón a mil, incrédulo y un poco asustado se sentó, observando su habitación media oscura, solo siendo alumbrada por la leve luz de la luna. En un movimiento brusco se levantó de su cama, dirigiéndose a la puerta, decidido a salir y ver que Watson estaba bien.

Intentando no golpearse con nada, fue con cuidado hasta la habitación de su compañero, intentando abrir la puerta con delicadeza para no despertar a John. Pero el detective sabia que este tenía el sueño ligero y que probablemente lo despertaría con el simple hecho de apoyar su mano en la perilla de la puerta. Igualmente, entró.

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La habitación no estaba oscura, Sherlock vio a su asistente sentado en su escritorio, escribiendo en su computadora. Jhon casi salta por el susto, se dió vuelta mirando a Sherlock.

Ambos se miraron extrañados, entonces Watson decide hablar.

John: Sherlock, ¿que cree que hace? -Dice en un susurro lo suficientemente alto para darle a entender a su acompañante que estaba levemente enojado.

Sherlock: ¿Que hace despierto a estas horas, doctor? -Dice igualmente en un susurro, intentando evadir la pregunta que le hizo su compañero.

John: No podía dormir, así que decidí actualizar mi blog, ahora responde mi pregunta Holmes.

Sherlock: Me sucede lo mismo que a usted, mi querido Watson, entonces vine a ver si estaba despierto, para hacer algo, ¿sabe? -Dice excusandose.

Hubo un silencio incómodo en donde ambos hombres se miraban atentamente, pensando en que decir a continuación.

Sherlock: ¿Podría ver lo que está haciendo, doctor? -Dice en un intento de calmar el ambiente tenso de aquella habitación.

John: Mientras no me desconcentre, puede.

El menor de los Holmes se acerca a paso lento hacia el escritorio, agarrando un sillón pequeño que estaba por allí, para sentarse al lado de su asistente.

Aunque, no vio principalmente la pantalla de la computadora, más bien se quedó mirando a quien escribía en ella, no sabe el porque, pero era curioso ver las expresiones de su asistente. Cuando tenía una idea, se le iluminaba el rostro y se podía observar como esbozaba una sonrisa, o cuando se equivocaba, que fruncía el ceño levemente, dejando escapar un bufido de molestia mientras borraba lo que había puesto. Sin duda fue un momento divertido y curioso para el detective.

Pero al cabo de unas horas, empezó a amanecer, el detective mira a Watson, y toca su hombro suavemente, cuando tiene su atención, le hace un gesto con la cabeza indicándole ir a ver por la gran ventana de la habitación el hermoso sol asomándose, dando a entender que un nuevo día se presentaba.

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