Ghosts: 8

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– Al día siguiente la joven Winters hizo su rutina matutina, tomo el desayuno con su abuela Mary para después dedicarse a limpiar la casa como todos los fines de semana, ya tenía un plan para al medio día aunque no estaba segura de si debería ir de nuevo a la colina ya que ___ pensaba que estaba siendo una molestia para el Maestro. Después de limpiar decidió irse a tomar un baño mientras Mary hacia el almuerzo, toda la mañana se la pasaron limpiando tanto que ya había llegado la hora del almuerzo. –

— ¿Entonces saldrás ahorita? —

— Si abuela y creo que volveré más tarde. — digo terminando de lavar todos los trastes — Gracias por el almuerzo estuvo delicioso. — la abrazo —

— Que bueno que te gusto. — me da unas palmaditas en mi mejilla izquierda — Cuídate entonces niña y no estés a altas horas de la noche por allí fuera. —

— Lo sé abuela sabes que no me gusta estar tan tarde y sola por las calles. — subí a mi habitación para lavar mis dientes —

— ¿Y a dónde vas, ___? Digo si se puede saber. — pregunta desde la cocina de la casa —

— Saldré un rato a la plaza abuela pero tranquila volveré pronto como te dije. — le digo desde mi habitación mientras enjuago mi boca y limpio mi cara —

— ¿Hay algún muchacho por ahí, cariño mío? —

— Abuela insistes mucho con eso. — me pongo un poco de perfume y tomo mi bolso para bajar a la sala — Si tengo que morir sola y virgen lo haré y ya abuela. —

— Cariño no digas eso ya va a aparecer tu hombre ideal... O tu mujer ideal. — sonríe una pizca picarona —

— Ya te he dicho que no me gustan las chicas abuela, aunque me parece bueno que no seas como esas señoras que no aceptan a sus hijos o familiares por su preferencia. —

— Cariño sabes que me gusta mantener la mente abierta. — hace ademanes con sus manos —

— Tanto que me cuentas como mi abuelo y tú eran en su juventud. — tomo mi abrigo del perchero y me lo pongo —

— Cómo extraño a mi amado, sus besos y caricias. — sonríe al recordar los viejos tiempos con mi abuelo — Era todo un semental ¡Por Dios! Ningún hombre se compara a mi amado. —

— ¡Abuela! ¡Ya no digas nada más por favor! — no puedo evitar reírme por las cosas que dijo — Con saber que fue un gran esposo y padre es más que suficiente, abuela. —

— Bueno cariño está bien. — sonríe ladina —

— Ya debo irme ¿Ok? — le mando un beso al aire y ella sonríe — No hagas cosas turbias, abuela. —

— ¡Oye! ¿Qué quisiste decirme con eso, ___? — se hace la ofendida —

— Sabes muy bien a lo que me refiero abuelita linda. — reímos al recordar la vez que después de cuidar a Henry y a Kendall llegue a mi casa y me encontré afuera con mi abuela y un vecino, al parecer mi abuela le estaba coqueteando al chico y este lucía un poco incómodo ante la situación así que tuve que intervenir y llevarla adentro de la casa — Ya no tienes 18 años Mary. — negué con la cabeza —

— Pues me siento como de 15. — pone sus manos en su cintura sintiendo orgullosa —

— Eres todo un personaje, Mary. — salgo de la casa y saco las llaves de mi auto de mi bolso —

— Hey tú debes ser ___. — Alzó la vista y me encuentro con un muchacho de ojos esmeraldas, cabello rizado y una linda sonrisa —

— Disculpa y tú eres... — lo miro con el ceño fruncido —

GHOSTS | MJ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora