GAMA [BILLDIP]

☆Perfectos caos☆

La vida es una telaraña de emociones, una delicada, pero potente red lista para apresar a sus víctimas en el momento menos esperado.

Sus sentimientos o lo que sentía, eran espejismos de lo que miraba a su alrededor, absorbía y adquiría las memorias como si fuera una esponja sumergida en el agua.

Pensaba en lo que ocurría día a día en su vida, pensaba en la hermosa oportunidad que había tenido, no odiaba la vida en general, sabía que esta tenía sus cosas buenas, muy por fuera de los acertijos que la complementaban. Estar solo en su habitación, lo hacía tener mucho tiempo para pensar; odiaba caer en esos hábitos, su garganta se secaba y su respiración se aceleraba, hasta podía sentir como su cuerpo temblaba, odiaba ese hábito, pero se odiaba más a si mismo por jurarse no volver hacerlo y sucumbir más tarde por emociones pasajeras. Se odiaba por sucumbir a la necesidad, porque perdía todo el juicio que se había propuesto al no cometer tal acción aberrante, y así fue como se fue dando cuenta en que no podía ni confiar en él mismo.

Sus acciones no eran las mejores, mientras otros a su alrededor avanzaban, él por otro lado, podía mirar como lo rebasaban y encontraban su propio camino; se esforzaba más que cualquiera, pero siempre cuando estaba a punto de llegar a la meta, el camino se extendía hacia atrás, haciéndolo recorrer cada vez; una trayectoria aún más larga.

Seguía luchando de manera repetitiva, sintiendo como su cuerpo se desgasta mientras le pasa factura, quedando igual de estancado en el mismo lugar, mirando a la lejanía como los demás lo dejan atrás.

En su vida siempre corrió, recorrió miles de caminos, conoció miles de pasiones en las cuales era bueno, pero nunca ninguna saciaba ese vacío que se albergaba en su interior, no había nacido con la facilidad o el talento que otros tienen, sus resultados siempre fueron de esfuerzo puro, mientras otros daban el doble; él por su parte daba el céntuplo, daba todo de si para mejorar en algo de su interés y aunque no lo fuera, se esforzaba igual de extremista para complacer a los demás.

Corrió y corría millas enteras para conseguir lo deseado, cumplió todas las expectativas, y éstas a su vez de ser cumplidas; hicieron que surgieran nuevas, sobre poniendo aún más presión sobre él.

Ya estaba cansado de seguir rutas sin metas aparentes, sentía que vivía en un laberinto que lo asfixiaba hasta el punto de ahorcarlo.

La dirección que tomaba su vida era sin rumbo, se encontraba en el estancamiento y en el olvido absoluto de la nada, podía ver y sentir todo a su alrededor; pero su ser en sí era un cascarón que no podía encontrar esa chispa o sentido del vivir.

Se aferraba a la idea de que cuando llegara a obtener lo deseado, algo en su interior cambiaría, pero siendo realista, eso sólo era un espejismo de su anhelo. Mientras reía por fuera, lloraba por dentro, mientras todo parecía estar bien por fuera, todo estaba mal en el interior.

Hubo un instante, había pasado un microsegundo, una milésima de lo que era menos que infinito, cuando se dio cuenta de que en su vida sólo sería él, y solo se tendría a sí mismo. Mientras miraba a los demás pasarlo de lejos, menospreciándolo, abandonándolo y dejándolo de lado, él se dio cuenta, de que en esta vida siempre estaría solo.

[***]

Un castaño se encontraba recostado sobre un árbol que estaba situado en la pequeña zona verde de la institución, casi nunca nadie iba a ese sitio, así que le pareció un buen lugar para meditar y sacar de alguna manera esos feos pensamientos que rondaban en su cabeza. Después de la pelea verbal que había tenido con su gemela, aún seguía molesto.

Por otro lado, Bill Cipher estaba ensimismado con otros asuntos, eran contadas las veces que se perdía de la atención de las personas para transcurrir esos sitios, por lo general su principal motivación era el querer tener minutos de soledad.