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Al cruzar la puerta, pudo sentir un fuerte olor a demonio dentro del recinto. Parecía como una fortaleza. Con la única excepción de que estaba completamente vacía. No se mostraba ningún alma alrededor.

"Naruto..."-Daki habló, mirando hacia la puerta.

"Lo sé, hay varias presencias dentro del lugar. Pero no importa, si hubiera un ejército dentro de demonios, no haría diferencia alguna"-Contestó con una sonrisa, fue el primero en avanzar, adentrándose en territorio hostil.

Empujó las grandes puertas dobles que estaban frente suyo, las mangas de su Kimono bajaron al estirarlas. Sus uñas estaban afiladas y sus ojos se mostraron como las de una bestia. Había un peculiar olor familiar dentro del lugar.

Nakime caminaba sin preocupación alguna, estando siempre detrás suya, siguiendo cada paso que daba. Era su mano derecha, su sombra. Donde él fuera, ella estaría con él. El pequeño grupo se adentro, Daki estaba a su derecha. Su vista no se aparto del frente. Confiaba mucho en su maestro. Si hubiera algún peligro alrededor. Posiblemente ya los hubiera alertado, pero si no fuera el caso. Ella misma confiaba en sus propias habilidades para defenderse.

Gyutaro estaba a su izquierda, mirando hacia el suelo mientras caminaba, su postura se encorvo un poco. Estaba alerta, sus ojos mirando de izquierda a derecha por cada pasillo que cruzaban. Nadie pasaría de él si atacasen de su flanco.

Finalmente llegaron a unas puertas corredizas. Sus finos ojos rasgados miraban a través de la puerta. Mirando directamente a los ojos a la persona que estaba detrás de esta. Con un deslizamiento de mano. Abrió la puerta, revelando a un grupo de demonios que estaban alrededor de la amplia habitación.

No le presto atención a nadie más que estuviera en ella. A excepción de una mujer pálida que estaba sentada y lo miraba con calma, evaluando desde el momento en que lo vio. Tenía unos hermosos ojos rojos. Su piel blanca contrastaba con su cabello oscuro como la noche más oscura que haya visto. Llevaba un kimono similar al suyo, solamente que estaba abierto del escote, puede que ella misma no pueda hacer algo al respecto con ello.

"Debes ser Muzan Kibutsuji, eres bastante conocida para intentar pasar desapercibida... Pero es extraño, cierto demonio me habló de ti como si fueras un macho"-Comentó con calma, dio el primer paso en su dirección. Pudo ver la tensión de los demás demonios. El olor familiar le golpeó en su nariz, era un hombre con la sonrisa más falsa que jamás haya visto.

Pudo ver a otro que estaba cubierto de tatuajes. Otros dos que no tenían aspecto humano y finalmente la que estaba por debajo de la misma Muzan. Seis pares de ojos lo miraban con tensión.

"Hace tiempo que no nos cruzabamos. Diste un excelente baile hace unos siglos anteriores. Me preguntaba dónde podrías estar..."-Dijo con media sonrisa, dio un paso nuevamente.

Entonces el chico con tatuajes en su cuerpo se abalanzó sobre él, una puerta apareció entre Naruto y el chico. La puerta fue abierta. El hombre no tuvo la oportunidad de frenar, nuevamente. Una puerta apareció en el techo. El mismo chico cayó de ésta, totalmente sorprendido.

Naruto lo tomó de la cabeza solamente para estrellarlo contra el suelo. Creando un pequeño cráter. Este se iba haciendo más grande cuanto más lo presionaba.

"Venga, no es necesario ser tan agresivos, venimos de buena fe... ¿A menos que quieran iniciar una lucha?"-Preguntó mientras miraba a Muzan a los ojos. Esta misma tenía sus labios presionados en una fina línea. Podía ver una vena palpitar en su pálido rostro. Los otros dos estaban atrás, sin intentar interferir en el duelo de miradas de ambos Demons.

"Maldición..."-Murmuró el chico, no podía moverse, le era imposible levantarse. ¿Como este hombre tenía esta fuerza tan abrumadora? Simplemente era fuera de lo irracional, además de aquellas puertas.

ℰ𝓃𝒸𝒶𝓃𝓉𝒶𝒹𝑜𝓇 𝒹𝑒 𝒟𝑒𝓂𝑜𝓃𝒾𝑜𝓈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora