Cap. 4 || Isla ||

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Presente...

[+] Elquackity

Seguía manteniendo sus ojos cerrados por las indicaciones, también porque queria que este proceso de teletransportación fuera relajante para el.
Por un momento sintió que aquella piscina a la que había entrado no tenía fin y era infinita, la revisó antes y en su mente se creó una imágen de cuanto aproximadamente era su profundidad, ante esto intentó que sus pies chocaran con el piso, y cuando no sintió que este tenía un final, abrió los ojos inmediatamente y nadó hasta la superficie.

-Bienvenido.

-No funcionó tu teletransportación. -Reclamó tratando de recuperar su respiración, mirando a su alrededor como todo el lugar era igual y no había cambiado nada.

Sus prendas ya empapadas por completo, y su cabello soltando algunas gotas de agua, lo hacían sentir incómodo y fastidiado, pensando que nuevamente tendría que sumergirse en esa piscina tras el "fallo" que sucedió.

-Bienvenido a la Isla Elquackity.

Alex se giró para ver como lo llamaron por ese nombre, observando que no era el mismo Cucurucho con el que trabajó durante años.
Pero todo a su alrededor se veía totalmente igual, sorprendiendose del ingenio de la Federación al dieseñar los espacios completamente iguales.

Al fijar su vista de nuevo en el ser de prendas blancas, se levantó de inmediato, dirigiéndose ahora a él.

-Gracias Cucurucho. -Le extendió su mano para saludarlo, siendo correspondido al instante. - Todo aquí es exactamente igual a la otra Federación... -Mencionó con calma y a la vez con un tanto de fascinación en su voz. -Pero, su temperatura es realmente mala, hace mucho frío.

Dijo al aire, tratando de que atendieran su pedido la próxima vez que fuera.

-Sígame, por favor. -Ordenó.

-Ah! Claro, claro. Pero primero me podrías dar las coordenadas de mis propiedades? -Pidió mientras caminaba alrededor de la piscina. -Por favor. -Agregó.

-Por supuesto.

Con una libreta que dentro contenía lo que se pidió, caminó hasta el de gorrito para entregárselo. Este lo recibió comprobando la información que Cucurucho antes le dijo con la que se tenía escrita. Al parecer todo estaba correcto, así que cerró el conjunto de hojas.

Buscó con la mirada la puerta del lugar, observando que tenía el mismo color oscuro que la anterior, a los pocos segundo el de máscara se posó a un lado de la puerta, indicando que ya tenían que salir de la habitación.

Vió como se siguió el mismo procedimiento para abrir esta detrás de Cucurucho disimulando su mirar, el primero en salir fue este colocándose al lado del marco de la puerta por fuera invitando al menor a que lo siguiera.
En el interior todo seguía siendo blanco, pero algunos pasillos ya no eran reconocibles para él.

Entraron en una nueva sección del lugar, en este había muchas pequeñas oficinas vacías, y la mediana ventana que tenía cada una de ellas permitía observar todo por dentro, siendo que solo eran conformadas por pequeñas librerías y un escritorio con su ordenador.
Estas oficinas rodeaban una fuente de agua que llamaba mucho la atención en medio del sitio, a la vez brindaba un relajante sonido del agua fluyendo entre sí, y alrededor de esta se posaban asientos largos de madera para descansar en ellos durante el tiempo que la persona necesitará, su diseño era sencillo pero elegante y hermoso.

Se había enfocado tanto en escanear todo el lugar que no se había dado cuenta de que el de máscara lo estaba esperando al lado de una puerta que pasaba desapercibida por las paredes blancas de la Federación. De inmediato se dirigió hacia el e ingresó a la habitación la cual parecía una sala de reuniones por la mesa larga que estaba ahí junto a muchos asientos. Tras ingresar por otra puerta que también estaba dentro de la sala, finalmente llegaron a un ascensor que daba la impresión de que se utilizaba a menudo.

Preciado Azulino || SpiderduckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora