𝗠𝗜 𝗔𝗠𝗜𝗚𝗢 𝗠𝗔́𝗚𝗜𝗖𝗢 ❱ Dragon Ball Z ✔

II. 𝐂𝐔𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐍𝐎𝐒 𝐂𝐎𝐍𝐎𝐂𝐈𝐌𝐎𝐒

Me apronté para salir al centro comercial. Me puse una camiseta de manga larga, de color blanco y rayas negras, estamos en septiembre y ya se está poniendo fresco porque estamos entrando en otoño, también me puse unos jeans azules y un poco rotos, unos zapatos negros con rayas blancas a los costados, de la marca Adidas, y por si refresca en la tardecita, porque voy a volver a eso de las siete y media, me até un saco fino de color negro para ponerme. Muéranse de envidia con mi outfit, ñaca ñaca. Para llevar mis pertenencias como el dinero o mis auriculares, tengo una mochila pequeña color violeta, y una cartera de velcro de color azul oscuro y unos diseños coloridos de flores y así. En esta ocasión voy a llevar la cartera porque estos últimos meses he usado más la mochila. Guardé el dinero, los auriculares y unas barritas de cereal con chocolate junto con una botella mini de agua saborizada para comer luego, así no gasto dinero en comida. Voy a llevar mil yenes para gastar en el centro comercial, pero la idea no es gastar hasta el último yen, yo suelo ser muy ahorrativa, pero cuando veo muchas cosas que me encantan y que me muero por comprar... Gasto, y gasto, ¡y gasto! Pero bueno, creo que es normal, ¿no?

Me despedí de mis padres con un beso en la mejilla, y salí caminando tranquilamente con dirección al centro comercial, el cual queda a unas diez cuadras más o menos. El día está muy lindo, está fresco, está totalmente despejado, soleado, exceptuando alguna que otra nubecita, no hay humedad, hay un poco de viento, pero es apenas una brisita. Me encanta salir a caminar con este clima tan agradable, en mi opinión es el mejor para salir a caminar.

Seguramente Zetsuko va a ir derecho a comprar cerveza, porque hay una tienda en el centro comercial que vende exclusivamente bebidas alcohólicas, y ella tiene un conocido que trabaja ahí y le vende las cervezas aun más baratas. Ay, esta chica es toda una alcohólica, y después se queja de que la viven chocando. Y Katana tiene dos años menos que nosotras, pero hay veces que parece mayor por los outfits que usa; a veces usa tops que apenas le cubren los pechos, shorts de esos de tiro alto que hacen que resalten sus nalgas redondas, medias de red, de todo. Es una chica muy sensual, y para mí está muy chiquitita, pero bueno, ella sabrá. Ella seguro va a ir derecho a la primer tienda de ropa que encuentre, porque le encanta comprarse ropa nueva, y no la culpo, pero si vieran lo enorme que es su armario, y todos los conjuntos de ropa que tiene dentro... se mueren, jaja.

Como sea, ya estoy casi a medio camino del centro comercial. Me pregunto si me encontraré a Zarbon-chan por aquí.

¿Quieren saber cómo fue que Zarbon y yo nos conocimos? Está bien. Pónganse cómodos, no porque sea una historia larga, voy a tratar de ser lo más resumida posible, sino porque siento que es una historia tan bonita, que siento que es lindo escucharla mientras estás cómodo, así que vayan por un snack, algo calentito, siéntense en un lugar donde se puedan sentir a gusto, como un sillón, un puff, una silla con un almohadón, una hamaca o inclusive en la cama propia. Disfruten de esta historia, porque es una total ternura ver cómo una niña de cinco años se hizo amiga de un extraterrestre.

Pues resulta que yo estaba de paseo con mis padres. Habíamos alquilado un auto para poder salir durante ese fin de semana. Por cierto, ¿recuerdan que les había dicho que yo tengo muy buena memoria para recordar algunos momentos puntuales de mi vida? Bueno, no sé por qué recuerdo que ese día era sábado y que estaba más o menos como hoy, hablando de clima. Les digo, hasta yo me sorprendo de las cosas que recuerdo, jaja. Pero en fin, estábamos cerca de una playa, si no mal recuerdo, era como una reserva de animales que estaba a pocas cuadras de la playa, el lugar estaba lleno de plantas y de verde. Yo iba en los hombros de papá, recorriendo el lugar, recuerdo haber visto a las jirafas, y una me lamió la cara, jaja. En una le dije a mi padre que me bajara para que yo pudiera caminar por mi cuenta, podía ver el mar desde donde estábamos, entonces empecé a caminar hacia allá, sin decirle a mis padres, no se imaginan el infarto que les di cuando desaparecí, jsjs. 

Me gustó caminar sola entre los árboles y las plantas, no sé, sentía que estaba como en un cuento de hadas.

El punto es que llegué a la playa (aun no sé cómo hice para caminar tanto sin cansarme, fueron cinco cuadras), y me quedé maravillada con el paisaje. La arena, el sonido de las gaviotas, el mar cristalino, el cielo azul...

Y hablando del cielo azul, levanté la mirada y me encontré cara a cara con él.

Con Zarbon.

Él descendió hasta donde estaba yo, recuerdo que era como cinco veces más alto que yo, yo decía que era como una jirafa, jaja. Me miró y luego se agachó a mi altura.

─Hola, pequeñita, ¿estás perdida?

─Sólo me alejé de mis padres para venir a ver el mar, señora.

─¿C-cómo que señora?─ rio─No, niña, soy un hombre, ¿no identificas mi voz de hombre?

─¿Eres hombre? Pero si te peinas como señora─ le agarré la trenza y la cinché un poco, él se quejó un poco.

─¡O-oye, no me tires el pelo!─ me apartó despacio─No puedo dejar que sigas aquí sola, te podrías perder, eres muy pequeña.

─¿Me vas a llevar con mis padres?

─Sí─ recuerdo que me cargó en sus brazos y me llevó volando hacia donde estaban mis padres.

Fue tan mágico volar por esos menos de treinta segundos. Yo no estaba asustada, al contrario, me divertí mucho con él. No quería que se fuera, porque sentí que ese sujeto sería ese amigo mágico que todos quieren tener, y mucho mejor que un amigo imaginario.

Zarbon me devolvió con mis padres y enseguida se fue, mis padres no lo vieron, pero a mí sí, y me abrazaron bien fuerte porque estaban muy preocupados, jaja.

Pero desde ese día no me lo quitaba de la mente, y todos los días soñaba con verlo de nuevo, porque me dejó totalmente fascinada.