Imparables | Leo Messi

4: Un baile con el Capi

Daniela.

Estar en Qatar se sentía un poco extraño sin la compañía de Tini, quien se tuvo que marchar nuevamente a su gira musical. Pero al menos las esposas de los jugadores estaban acá para darme su amistad. Eran unas mujeres preciosas y muy buenas.

—Escucháme lo que te digo —me decía Caro, mientras Mandi y yo la mirábamos atenta— Te agachas así y tucu tucu, con un par de pesitas, una re cola. Aunque no te falta Dani, sos divina.

Mandi asintió de acuerdo.

—Cierto, cierto.

—Ay chicas, basta —me reí, y aunque quería prestarles toda mi atención. Inevitablemente mis ojos volaban en dirección a mí hermano, quien estaba hablando con Leo. Parecían reír de alguna pavada con Papu y Angelito.

Ya se acercaba la semi final, pues Argentina había ganado. Con tanta felicidad y entrenamiento duro, los chicos no tenían tiempo para nosotras. Así que poco y nada veíamos a los chicos, además ya no tuve la suerte de platicar con Leo. El tampoco se esforzaba mucho en acercarse a mí y aunque me pareció que tuvimos cierta química... al parecer solo fue mí imaginación.

Aquello me dejaba un poco bajoneada.

—Uuuyy... —dijo Caro de repente, volteando a ver al capitán— A ver si nos ponemos la 10 para que nos hagás caso eh.

Me sonrojé.

—¿Que decís? —me hice la boluda y Mandi y ella rieron.

—Que te haces flaca... —Caro movió los
dedos— Si llevás toda la mañana mirándolo con corazoncito en los ojos. Tomá, agarrá éstas galletitas y andá a invitarle a ver si dejas de babear.

—Mejor que no lo haga —opinó Mandi, tomándome la mano— La prensa suele decir que el todavía no supera a la ex. ¿Cómo es que se llamaba? Ah sí, Antonella.

Le sonreí a Mandi, aunque el fondo me dolió mucho lo que dijo. Caro le dió una mala mirada, aunque la portuguesa no tenía la culpa. Igual era algo que la prensa decía.

—Bueno, cambiando de tema —Caro cambió de tema, aliviándome— Nico dice que hoy van a hacer una fiestita en el campus. Yo estoy planeando usar mi vestido más corto y bailar cuarteto toda la noche.

—No se si voy a poder —Mandi nos miró pensativa— Bueno, por ahí si voy. Me preocupa un poco estar lejos de mis bebés, pero por ahí me animo. Además Emi siempre me convence.

—El Dibu es todo un manipulador psicológico —hice el chiste, haciendo reír a las chicas. Luego, más esposas se acercaron, entre ellas Jorgelina, Emilia, Valu, Ori y demás. Comenzamos a charlar de cosas variadas, tomando mates.

Fue lindo compartir con ellas.

. . .

Vieron ese momento cuando te gustaba mucho una persona, pero en el fondo sabías que nunca iba ser posible lo de ustedes. Aún así, mirabas sus fotos de Instagram una por una, y te deprimías peor. Bueno, exactamente eso estaba pasando.

Me encontraba en la cafetería, a solas. Todos los jugadores y familias estaban en sus respectivas habitaciones, preparándose para la reunión de ésta noche que Scaloni accedió a tener. Yo estaba tirada en un sofá del lugar, mirando las fotos del Instagram de nuestro capitán. En algunos salía muy lindo, y cuando bajé muy en el fondo, hasta encontré algunas fotos con la ex novia.

Qué hacía yo gustando de un tipo de 35 años, Dios mío

—¡Te atrapé! —salté del susto cuando Rodri apareció de pronto. Apagué el celular tan rápido que ni yo me creía la velocidad de mis manos.