One Shots Slytherin Boys Era

🧪Vacaciones DM🧪

~𝒟𝓇𝒶𝒸𝑜 𝑀𝒶𝓁𝒻𝑜𝓎~

Eran las vacaciones de primavera y mi hermano Neville y yo habíamos vuelto a la casa de nuestra abuela, como siempre solíamos hacer.

Se me estaba haciendo difícil, Draco y yo teníamos una relación de meses, que llevábamos completamente en secreto. En Hogwarts era difícil vernos constantemente, y siempre teníamos que tener cuidado, pero ahora, cada uno en su casa y sin poder vernos ni el pelo le echaba demasiado de menos.

Tanto que Draco había empezado a colarse por mi ventana de vez en cuando para pasar algo de tiempo juntos.

Estaba sentada en el sofá con mi hermano y mi abuela, viendo un partido de Quidditch internacional cuando pude ver a la lechuza de Draco pasar por la ventana, esa era mi señal, Draco estaba en camino.

—¿Qué era eso?— preguntó Neville señalando a la ventana.

—Nada, solo la lechuza de Ginny, seguro que me está mandando una carta— dije intentando quitarle importancia—. Voy a ir a verlo— me excusé marchándome.

—Hay galletitas por si quiere tu amigo— dijo mi abuela señalando la cocina, donde había una bandeja de galletas quemadas.

Neville me miró con pena, mi abuela cada vez decía más sinsentidos y estaba empezando a preocuparse mucho. A mi me asustó, mi abuela parecía enterarse hasta de los mayores secretos.

Subí por la escalera y entré en mi cuarto con cuidado, justo a tiempo para ver como Draco entraba con cuidado por la ventana, intentando no golpear su escoba contra la ventana. Se me escapó una sonrisa.

—Te he echado de menos— dije acercándome para abrazarle. No pude evitar olerle, su perfume me hacía sentir en paz y a la vez me ponía nerviosa, al igual que me pasaba con el platinado.

—Pero si vine anoche—dijo él tomándome del mentón, para levantarme la cara y poder besarme.

Sonreí sobre sus labios.

A la gente podrá resultarle extraño, pero nosotros disfrutábamos con tan solo la compañía del otro. Estábamos tumbados en mi cama, él con la cabeza apoyada en mi almohada y yo en su pecho, cada uno leyendo un libro.

Noté de reojo como Draco bajaba el libro y lo apoyaba en su barriga, justo antes de empezar a morderme la oreja, bajando hacia mi cuello.

—¿Ya has terminado?— le pregunté refiriéndome al libro. Noté como negaba con la cabeza sin dejar de lado los mordiscos.

—Solo quiero mimos— susurró, yo dejé de lado mi libro y me giré para poder verle cara a cara. Estaba a punto de besarle.

—¡T/N!—escuché a Neville gritar junto con el ruido de como mi hermano subía la escalera.

Draco y yo nos miramos horrorizados.

Le empujé fuera de mi cama en el momento exacto en el que mi hermano abrió la puerta de mi habitación.

—¿Qué pasa Neville?— pregunté intentando esconder mi nerviosismo.

—La abuela no para de hablar de tu novio, creo que deberíamos llevarla a San Mugo— Neville parecía más nervioso que yo.

—Déjalo Neville, hoy está muy cansada, seguro que no es nada, ahora bajo— dije intentando tranquilizarle, levantándome de la cama para echarle de mi habitación.

Me apoyé en la puerta y suspiré, viendo como Draco salía de su escondite con una sonrisita.

—Vas a tener que presentarme a tu abuela— dijo guiñándome el ojo antes de acercarse a mi.

Me tomó de la cara y me besó.

—Un día que no se le quemen las galletas— respondí, él volvió a besarme.

—Seguro que sabe más de mi que tú— dijo y me besó de nuevo.

—Deberías irte— dije empujándole hacia la ventana.

—Nos vemos esta noche— se despidió de mi con otro beso y salió volando por la ventana.

Bajé y me encontré a mi abuela, sentada viendo el partido y a Neville de pie a su lado, mirándola casi aterrado.

—¿No baja tu novio?— preguntó mi abuela al verme.

Neville me miró casi a punto de llorar, de verdad estaba pensando que nuestra abuela estaba perdiendo la cabeza.

—¿Qué novio nana? T/N estaba mandándole una carta a su amiga—le preguntó Neville.

—Draco, el chico que se acaba de marchar— respondió como si nada.

Eso sí que me pilló de sorpresa.