One Shots Slytherin Boys Era

🧪La mañana siguiente TR🧪

Me desperté en una cama demasiado suave como para ser la mía. Además había muy poca luz, y no podía escuchar los ronquidos de Pansy. Obviamente no estaba en mi habitación.

Intenté recapitular lo que había pasado la noche anterior sin moverme ni un solo milímetro.

Habíamos ido a una fiesta, la victoria de Ravenclaw en un partido de Quidditch contra Gryffindor. La fiesta fue genial, buena música y mucho, mucho whiskey de fuego. Los recuerdos se volvían borrosos después del quinto chupito.

Bailé con mis amigas, jugamos estúpidos juegos de beber, cantamos... 

Después de eso los recuerdos parecían demasiado tranquilos, el pasillo, la luz de la luna entrando por la ventana, una mano en mi cintura.... 

¡Espera! ¿Una mano en mi cintura?

Me concentré en ese recuerdo, podía oler una colonia ridículamente cara, y sentir unos besos húmedos en mi cuello. Tomé la mano del desconocido y empecé a correr hasta llegar a un lugar algo escondido, el hueco de una puerta.

Entonces me apoyé contra la pared y pude ver como Tom, el mismísimo Tom Riddle, se colocaba frente a mi, con una sonrisilla. ¡Tom! ¡Con una sonrisilla!

No hizo falta que se acercase a besarme para que pudiese descubrir que estaba completamente borracho, pero cuando lo hizo...

Una de sus manos estaba en mi cintura, mientras que la otra me tomaba del cuello, manteniéndome pegada a él, mientras nos besábamos.

Después recordé una carrera hacia la sala común de Slytherin, y cuando nos encerramos en su habitación salí de mis recuerdos. Estaba demasiado avergonzada.

Fue entonces cuando noté una mano agarrándome con fuerza de la cintura.

¡Maldita sea!

Tardé más de media hora en conseguir salir de esa cama sin que Tom lo notase, y después de eso tardé otro rato más en recoger toda mi ropa y ponérmela con cuidado antes de salir de la habitación.

La cabeza me iba a mil por hora.

Había sido difícil acercarse  Tom, prácticamente imposible convertirnos en amigos, y ahora lo había destrozado todo acostándome con él.

No me pude concentrar en ninguna clase durante el día, todo lo que podía pensar era en hablar con Tom, teníamos que aclarar lo que había pasado, como íbamos a comportarnos ahora o que significaba lo que había pasado anoche.

Los recuerdos borrosos no me ayudaban a acarar nada.

Entre clases me crucé con él en el pasillo, y le paré dispuesta a hablar y aclararlo todo. ¡Lo necesitaba!

—¿Tom?— le llamé al llegar a su lado.

Él se giró, por un momento parecía sorprendido, pero pronto su gesto se volvió completamente neutral y serio. Como siempre. 

Aunque esta vez me estaba intimidando más de lo normal, supongo que por lo íntimo de la conversación que íbamos a tener.

—Deberíamos hablar de lo que pasó anoche—dije empezando a jugar con mis manos, nerviosa.

—Paso— fue lo único que dijo. Y luego pasó por mi lado, para marcharse.

—Vale, lo pillo. Te arrepientes— dije dándome por vencida, a punto de marcharme, como estaba haciendo él.

—¿Arrepentirme? ¿Estás de broma?— respondió, haciendo que me girase sorprendida—. Mi cabeza está hecha un desastre desde esta mañana, cuando te fuiste. Todavía puedo sentir tus manos.... Y tus labios... Y.... ¡No soy capaz de pensar en nada más!

Estaba claramente alterado, moviendo los brazos de una forma histérica mientras su voz sonaba cada vez más fuerte.

Se quedó callado de repente, mirándome.

Podía ver como su miraba pasaba de mis ojos a mis labios y viceversa.

Actué sin pensar, tomándole de la cara para pegar mis labios contra los suyos.

—Así sí que no voy a conseguir pensar en nada más— susurró todavía sobre mis labios. Solté una ligera carcajada que se vio interrumpida de nuevo por sus labios.