9: Capítulo 8

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Capítulo 8

El sol de las siete de la tarde iluminaba con pereza, anunciando que el cansancio lo obligaría a retirarse pronto.

—Es aquí —anunció Ash, deteniéndose en frente de la habitación de Sooz. Los cristales convertibles estaban cerrados, por lo que se veían reflejadas en la fachada.

—Si acaba de discutir con su padre, puede que desee estar sola —dedujo Driamma dubitativa—. Las discusiones con mi madre me dejaban con ganas de aplastar cráneos.

Ash sopesó esa idea por un segundo.

En ese momento, la puerta de Sooz se abrió.

—¿Estáis planeando pasar la tarde ahí? —Demandó con cierta irritación—. Pasad    —les ordenó y, sin esperar contestación, volvió a adentrarse en la habitación.

En el interior, Sooz se había tirado sobre el sofá, e inerte observaba el techo como si se tratara de una película.

—Mi padre lo sabía todo —protestó sin moverse.

—¿Sobre la segunda evacuación y Friarton? —Especificó Ash, sentándose en el sillón de enfrente. La habitación de la chica estaba tan perfectamente ordenada que temió arrugar los cojines al hacerlo. Ella era todo lo contrario, y le fascinaba presenciar cómo alguien podía mantener su entorno bajo tales condiciones de control. Se preguntó si podría cambiar su forma de ser y mantener su nueva habitación en Noé aún inviolada por el huracán Ash, tan ordenada y recogida como esa.

Sooz se irguió en el sofá, abrazándose las piernas. Se encogió de hombros y les miró con expresión mortificada.

—Lo sabía todo —repitió, mordiéndose el labio—.Ya no sé qué pensar de mi propio padre.

Driamma se acercó al sofá y se dejó caer sobre el otro extremo.

—No sé por qué te sorprendes —dijo—. Mi padre se marchó de casa cuando yo era muy pequeña. Y solo se molestó en mantener contacto con mi hermano, pero no conmigo. Que sean tus padres no quiere decir nada. No significa que sean buenas personas.

Sooz  apartó la mirada y comenzó a morderse las uñas sin añadir nada más. Un grupo de alumnos cruzó la calle por delante de la habitación de Sooz. Era increíble que pudieran verlos tan de cerca, sin que ellos supieran siquiera que ellas estaban ahí. Reían y charlaban animadamente, ajenos a las cosas que ocurrían fuera de Noé.

—¿Por qué se marchó?

Driamma exhaló una bocanada de aire, acariciándose la nuca.

—Mi madre y él comenzaron a tomar actitudes políticas opuestas —explicó al fin.

Sus ojos, turbios, se perdieron en algún punto de la habitación como si sus recuerdos la hubieran transportado muy lejos de allí.

—Un día tuvieron una discusión que destacó entre las demás, y entonces se fue. Eliminó su Facebook para que mi madre no pudiera localizarle.

—¿Tienes idea de qué discutieron? —La curiosidad de Sooz volvió a aflorar.

Driamma arrugó la frente, esforzándose por hacer memoria.

—Recuerdo la pelea —dijo—. Pero era demasiado pequeña para entenderlo y Bronte no estaba en casa en ese momento. Lo que sí sé es que fue algo que mi madre dijo lo que desencadenó su partida. De repente, mi padre parecía totalmente abatido.

Recuerdo la forma tan extraña en la que me miró antes de marcharse, como si no me conociera. Es curioso que lo recuerde porque no logro recordar su rostro.

SECBRA©: Libro 1 de la trilogía "DESTERRADOS" (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora