Capítulo 10
El gimnasio de la Academia era una gran nave circular, cuyas paredes y techo estaban hechos de cristal fino. Los distintos tramos de la pared estaban inclinados en diferentes posiciones, aparentando ser una rosa con los pétalos abiertos. En el centro de la sala había otro cilindro más pequeño, y hecho del mismo oscuro nogal que recubría el suelo de toda la superficie. Se erigía como un estambre. La única parte de la sala que permanecía oculta desde los cimientos hasta el techo.
Avanzaron por la sala, donde también las máquinas estaban dispuestas de forma circular.
―¿Cuántas veces a la semana sueles venir? ―preguntó Driamma, esperando instrucciones concretas sobre qué debía hacer. Las máquinas le parecieron tan lujosas que no se atrevía a tocar nada sin autorización.
―Solo los días obligatorios ―explicó Sooz, con calma—. Bueno, si estás enfermo puedes librarte.
―Obligatorios ―repitió Driamma con la convicción de que lo había escuchado mal―. ¿Acudir al gimnasio es obligatorio?
Quizá aquel lugar no fuera tan distinto de Friarton, al fin y al cabo.
―Y si te lo saltas, ¿qué ocurre? ¿Te suspenden?
―Claro que no —respondió ésta con una mueca que indicaba lo ridícula que le parecía la idea—. Se te juzga por delito contra el Estado.
Driamma se limitó a mirarla con incredulidad, y cuando Ash se acercó a ellas se dirigió a la chica:
―Si no vienes al gimnasio, vas a la cárcel —la informó.
―No lo creo ―dijo Ash, impasible mientras se subía a una de las cintas—. La única cárcel en Noé es Friarton, y está ocupada por mercenarios.
Driamma se cruzó de brazos delante de ella.
―La única que sepamos ―aclaró, pensando en Bronte―. ¿Quién sabe cuántos lugares secretos guarda el Gobierno?
Ash y Sooz intercambiaron una rápida mirada que interpretó como fastidio por escucharla criticar al Estado.
―Nunca ha habido un delito mayor en Noé, y los delitos menores se penan con arresto domiciliario —explicó Sooz, tomando la cinta contigua a Ash.
Driamma se rascó la parte frontal de la cabeza mientras observaba a la gente de su alrededor. La mayoría, subidos en las máquinas realizando ejercicio; otros charlaban animadamente entre tareas. Ninguno de ellos parecía infeliz o descontento por estar allí. Pero cómo podían simplemente resignarse a estar en un lugar, y a hacer algo porque les obligaran a ello. ¿Y si en lugar de acudir al gimnasio, uno quería tocar la guitarra y ponerse gordo? ¿Dónde había quedado la libertad de elegir qué querías hacer con el resto del tiempo que te dejaba el trabajo?
―Esto es increíble ―dijo, más para sí misma mientras sacudía la cabeza. Miraba a su alrededor y no veía más que a una panda de veganos en forma, que en nada se distinguían unos de otros.
―¿Es que no lo veis? ―gritó, y cuando comenzó a notar las miradas de los que estaban a su alrededor, se introdujo entre las máquinas de ambas chicas y bajó el tono―. El Gobierno está utilizando el medio ambiente como excusa para controlar a la población. En Noé, todo ha sido decidido por ti de antemano. Que no vas a tener niños, que no vas a comer carne, que vas a ejercitarte con regularidad. ¿Alguien se acuerda de lo que significa la libertad?
―Entonces, ¿cómo propones hacerlo? ―Intervino Ash―. Con una población mundial, que en el año 2200 superaba los trece billones, y no paraba de crecer; sin agua ni tierra para alimentarla. ¿Cómo pretendes evitar la aniquilación si no controlas cuántos hijos tiene la gente, o qué comen, o cuánta energía gastan?
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SECBRA©: Libro 1 de la trilogía "DESTERRADOS" (Completa)
Science FictionDos años en el top de Ciencia Ficción de Wattpad. Ash ha vivido toda su vida en el espacio rodeada de adultos y ordenadores. Pero ahora que la envían a una academia repleta de adolescentes, tendrá que enfrentarse a sus miedos, reprimir sus sentimien...