22

197 7 0
                                    

Charles

Odio. Mi. Vida. Primero me va mal con la temporada, segundo, MI MEJOR AMIGO SE HA LIADO CON MI NOVIA. Y ya para rematar, mi novia se droga. Todo increíble. Estoy en una bajada cuesta abajo y sin frenos. Quiero dejar de existir unos días y volver más tarde. Ella, con la que iba a hacer todo, me hace esto… no puedo dejar de llorar. Literalmente, no puedo. Estoy en los brazos del que me ha hecho esto mientras lloro. Se me ha caído la dignidad, la vergüenza y el alma al suelo. Estoy roto, si mi trabajo ya me destrozaba, esto lo terminó de hacer por completo. Hay cosas que ni él, ni ella saben. Y vosotros vais a ser los primeros en saberlo.

Desde que me nombraron primer piloto tengo la obligación de estar por encima. Me dan prioridad para algo, y si no es así, mi contrato peligra y mi sueño en esta escudería, se acaba. Si le hago la competencia a Carlos, no es por mal gusto, ni por joderle. Me han hecho ser así. Y también me duele ver cómo a él lo tratan peor. Yo he pedido un trato igualitario a los dos, pero es algo que no me permiten. A veces el camino correcto no es siempre es el más fácil.

–Lo siento mucho.

–Vete a la mierda –intenté recuperar mi respiración.

–Vale…

–¿Cómo has podido hacerme esto…? ¡Confié en ti! –lo empujé.

–Yo... estoy enamorado de ella. Lo siento…

–... Lo que me faltaba –me limpié las lágrimas.

–Lo siento.

No dije ni una sola palabra más, lo volví a empujar con toda mi mala hostia, haciendo que colisionara contra la pared. Imbécil.

–Mejor me voy.

–¡Lárgate antes de que acabes tú también en una camilla!

Asintió y se fue. Volví a llorar,  pero en dirección a ver a mi novia. No sé si debería llamarla así después de lo que ha pasado. Pero ahora mismo solo quería saber si está bien. Entré en esa habitación, encontrándome con tres más a parte de ella, pero no le di importancia y fui directamente a verla. No podía parar, quería dejar de llorar como el débil que soy pero no podía.

–Charles…

–... ¿P-por qué? Yo te avisé… yo te dije que te detuvieras… –me dolía el pecho de tanto que me afectaba.

–Lo sé.

–Yo… –no podía hablar. Literalmente, no podía.

–Lo siento.

Noté una mano por mi espalda, era Russell, a quien no me importó abrazar en ese mismo momento. Estaba tan jodido como ella, pero me devolvió el abrazo sin importar qué.

–Es mejor que te vayas –dijo ella en un sollozo. No sé le veía bien.

Me fui. Simplemente no quería estar allí después de todo lo ocurrido. Y no salí de mi habitación en todo lo que quedó de día.

Emma

A raíz de pasar los días solo lloraba y era irritable con todo el mundo. No quería ver a nadie, solo quería estar sola, con helado y mis lágrimas. No entendía que me pasaba. Supongo que sería efecto de la droga, no tenía ni idea.

Un día, tocaron a mi puerta, no quería abrir pero lo mucho que golpearon me hizo levantarme con toda mi mala hostia y abrir.

–¿¡Qué coño quieres!?

–Ehm… buenos días a ti también… –resopló Carlos.

–Hola.

–Sabía que no querrías verme después de todo lo que he causado entre Charles y tú. No me quiere ver ni en pintura él tampoco.

–No, no es por ti. Solo que no quiero ver a nadie.

–Ah… bueno. Venía por si tú sabías algo de él, ahora que lo menciono. No lo he visto en días, al igual que a ti.

–Ni puta idea.

–Vale… ¿Cómo estás?

–Ni yo lo sé.

–Joder…

–¿Tú?

–Pues… me siento raro. Y mal.

–Ya…

–¿Puedo pasar?

–Sí.

Entró en la habitación y se sentó en la cama, y yo junto a él. Abrió los brazos, yo lo miré.

–Vamos, sé que lo necesitas…

Lo abracé con todas mis fuerzas, y él me recibió gustosamente, dejando un beso en mi cabeza. Hacía muchos días que no recibía un abrazo. Se quiso separar, pero yo no le dejé. Lo necesitaba.

–Sabes que estoy aquí para lo que quieras…

–... Gracias.

Carlos

No la había visto peor en mi puta vida, me dolía en el alma. Y Charles… Charles me odiaba con toda su alma. Había intentado reconciliarme con él, pero no lo conseguía. La verdad que lo entendía. Y yo me sentía sucio, por haberme aprovechado de la situación como un cerdo.

–Buenos días –sonreía ella al abrir los ojos. Me había pedido que me quedara con ella.

–Buenos días, Emma…

–¿Estás bien?

–¿Tú lo estás?

–He dormido mejor que los otros días.

–Bien. Bien…

Sonríe. Me acarició la cara, como si estuviera frente a la escultura más hermosa que nadie haya visto. Joder, era tan guapa. Me daban ganas de volver a besarla… que no iba a hacerlo, porque Charles me mataría.

–¿Desayunamos algo?

–Claro.

Fuimos a la cocina, y entre una charla un poco seca por su parte, desayunamos en la encimera.

–No seas tan borde…

–Lo soy con todo el mundo.

–Me da igual, conmigo no.

–Bueno…

–Hazlo por mí…

–Lo siento.

–¿Lo sientes?

–Por ser tan mala.

–No eres mala…

Hizo un puchero, y yo la abracé con todas mis fuerzas. Ella no se merece esto. Es culpa suya, sí. Por meterse tooodo lo que se metió, pero no se lo merece. Odiaba verla así. Ella era todo luz, y estaba totalmente apagada.

Charles

No había vuelto a querer saber nada de nadie. No hablaba con nadie, entendía a Arthur. Cuando el amor de tu vida te falla… bueno, falló él, pero la perdió, entonces lo entiendo por eso. Igualmente, me duele. Lo que más me estaba doliendo era que ella no hacía nada por recuperarme. Y como el tonto que soy, me arrastraré otra vez, porque sé que no puedo vivir sin ella. En cuanto la vea, claro.

𝐬𝐢𝐧 𝐝𝐚𝐫𝐧𝐨𝐬 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 [proceso 2 libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora