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La noche estaba tranquila, en la calle no había demasiado ruido de autos y solo se escuchaba el ruido de la lluvia golpeando contra el pavimento

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La noche estaba tranquila, en la calle no había demasiado ruido de autos y solo se escuchaba el ruido de la lluvia golpeando contra el pavimento. Lo único audible en ese departamento eran las teclas de la computadora de cierto alfa pelirrojo, se encontraba armando el próximo examen de sus estudiantes, no faltaba nada para terminar las clases y por lo tanto debía cerrar la nota definitiva.

Él solamente daba clases en los cursos de quinto y sexto año de secundaria, en total tenía casi cincuenta alumnos. A veces por el cansancio se les mezclaban los temas que le daba a cada año, se confundía con los nombres o se les olvidaba. Al llegar a su hogar, se sentaba en su escritorio a corregir y programar exámenes, programar clases o llenar planillas hasta la hora la cena.

Suspiró y estiró su espalda soltando un quejido, sus huesos crujieron al igual que su cuello. Dios, realmente necesitaba la llegada de las vacaciones.

El llanto de un bebé lo hizo levantarse rápidamente de su silla, caminó rápidamente por el pasillo hasta la habitación de su cachorro, encendió la luz y se acercó a la cuna donde el pequeño se removía mientras lloraba. Lo tomó entre sus brazos y apoyó su cabecita en su hombro.

—Tienes hambre, ¿No es así?— Murmura sobando su espalda, el pequeño refregó su naricita en el cuello de su padre y su llanto calmó un poquito. —Bien, iremos a despertar tu mami.—

Minho salió de la habitación de su hijo y entró al suyo donde divisó al omega dormir plácidamente dándole la espalda a la puerta, se sentó a su lado y prendió la luz del velador. Movió su hombro levemente logrando que Felix abandone el mundo de los sueños.

—¿Min? ¿Qué le pasa a Ye8?— Pregunta frotando uno de sus ojos a la vez que se sentaba en la cama.

—Tiene hambre, cosita.—

Felix asintió con la cabeza y tomó al bebé entre sus brazos una vez bajó la enorme remera que usaba para dormir.

—¿Qué haces todavía vestido?— Frunce el ceño y ladea la cabeza encontrando el lado donde su pareja dormía intacta. Observa el reloj de su teléfono, suspira con cansancio. —Min... son las tres de la mañana.—

—Ya lo sé, amor....

—¿Qué haces entonces? Mierda, Min, estas descansando muy mal.— Le reprocha.

—Trabajo, eso es lo que hago, Felix. Trabajar.— Responde con la voz un poco tosca.

—Ya lo sé, amor, pero... no te estas cuidando y me preocupa.— Murmura bajando la cabeza, observando a su hijo alimentarse con sus ojitos mirando todo lo que puede.

El alfa suspira bajito y se acerca más al omega acariciando su mejilla con cariño para después darle un corto beso.

—Prometo cuidarme mejor, cosita.—

—Tampoco me gusta que lleves todo el peso... En cuanto pueda quiero volver a trabajar.— Menciona.

—Si es lo que quieres, por mí bien.—

Cuidando a Lee Yeonjun³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora