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Otra noche tranquila dominaba a Seúl, el invierno estaba cada vez más cerca por lo tanto las noches se tornaban frescas y las casas se enfriaban rápido

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Otra noche tranquila dominaba a Seúl, el invierno estaba cada vez más cerca por lo tanto las noches se tornaban frescas y las casas se enfriaban rápido. Las mantas gruesas, bebidas calientes y películas en el sillón mientras afuera nevaba ya los estaban llamando.

El hogar de la pequeña familia se encontraba silencioso, todas las luces apagadas, Yeonjun dormía tranquilo en su cuna junto con dos remeras con el olor de sus padres. El pequeño dormía y estaba en silencio.

Sus progenitores todo lo contrario.

Felix cerró sus puños en el rojizo cabello de su alfa mientras este se movía sobre él lenta y deliciosamente, sus ojos se encontraban cerrados y su labio inferior atrapado entre sus perfectos dientes para no hacer ningún ruido alto. El cuerpo del mayor estaba prácticamente acostado sobre el omega, sus brazos a cada lado de la cabeza ajena apretando en puños la sábana, tenía las piernas de Felix bien posicionadas en su cintura permitiéndole llegar más profundo en un adictivo vaivén.

La habitación olía a feromonas, lubricante y sexo, ambos intentaban ser lo más silenciosos posibles. Vamos, eran padres jóvenes, cuidar un bebé y trabajar todo el día es estresante. Nadie los puede culpar.

Minho salió de encima de Felix y de la cama para tirar el preservativo a la basura. El omega suspiró y tomó la botella de agua dándole un largo trago.

—¿Te encuentras bien?— Pregunta el alfa sentándose a su lado ya con sus boxers puestos.

—Sí... solo deja que recupere el aire.— Murmura con una pequeña sonrisa.

Por otro lado, los pequeños ojitos del cachorrito se abrieron al sentir una molestia en su pañal, arrugó la nariz y no tardó dos segundos en empezar a llorar mientras movía sus pequeños brazos y piernas. La luz de la habitación se encendió y unas manos lo tomaron arrullándolo a la vez que tarareaba una canción de cuna para tranquilizarlo, su cuerpecito fue depositado en otra superficie y sentía como lo despojaban de esa molestia.

Sus ojitos se enfocaban en Felix mientras soltaba pequeños sollozos y algo frio paso por su pequeño traserito.

—Ya, papi esta aquí.— Murmura Felix  colocándole un nuevo pañal.

Tomó al pequeño en brazos y empezó a cantar hasta hacerlo dormir nuevamente, lo dejó con cuidado en su cuna y volvió a su habitación ya ventilada y con nuevas sábanas, pues el alfa se encargó de eso. Se acostó en la cama y se acurrucó en el pecho de Minho.

Ambos soltaron un suspiro. Cuidar de un bebé no era nada fácil.

 Cuidar de un bebé no era nada fácil

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Cuidando a Lee Yeonjun³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora