Uno| El cantar del pirata.

33 2 0
                                    



"Father, don't blame us for trying to live For trying to love, for wanting more"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Father, don't blame us for trying to live For trying to love, for wanting more"

– The Devil is Human

Sus dedos ardían contra las cuerdas de su violín, no se detuvo, dejó que toda su frustración saliera a través del compás frenético, las lágrimas se mezclaron con la sangre que caían de sus dedos, no podía ver con claridad el atardecer que entraba por la ventana.

—Detente ahora mismo Eileen – el grito de su madre la hizo saltar deteniendo sus movimientos frenéticos – Arruinarás tus dedos, ¿crees que Eugene querrá una esposa dañada?.

—No me interesa lo que quiera ese bárbaro – Gritó aún con lágrimas empañando su vista.

Su madre avanzó hacia ella amenazando con golpearla, pero se detuvo a centímetros de ella. Su madre nunca la lastimaría el día antes que la boda, que había buscado tanto para ella, pero su mera presencia era suficiente para hacerla sentir indefensa.

—Enviaré a las sirvientas a curar tus dedos, no quiero que toques el violín hasta que tu boda pase – Calipso Armentarius, de casada Vasileiou, nunca había sido amable o una madre amorosa; vivía amargada desde que se le obligó a vivir con la clase inferior como le gustaba decir a diario.

—Sí, madre – respondió con la voz quebrada, mirando sus pies, no se atrevía a mirarla directamente. Su cuerpo temblaba sin piedad, su madre le aterraba. No se atrevió a hablar. Cuando la escucha salir de su cuarto, cayó al piso estremeciéndose.

Había acabado, sería vendida a un hombre que odiaba, que creía que las personas le pertenecían solo porque su sangre era "superior".

Escuchó la puerta, no se atrevió a mirar hacia ella, las lágrimas aún empañaban su vista.

—Señorita, deme sus manos – Mina pidió con amabilidad, una de las empleadas más recientes. Le agradaba, era amable con ella, pero sabía que no duraría mucho; su madre no tardaría en romperla como lo había hecho con tantas otras. Dejó que Mina curara sus dedos sin oponer resistencia.

—Deberías renunciar – rompe el incómodo silencio. Mina se estremece esquivando su mirada – Sal de aquí siendo una persona, Mina – no recuerda haberla llamado por su nombre antes de hoy, pero desea que ella comprenda que aún puede salvarse.

—¿Usted sabe mi nombre? – Mina la mira directamente por primera vez desde que llegó. La pregunta la enoja, no podía ser que era lo único que había llamado su atención.

—Claro que sé tu nombre, eres nueva, llevas tres meses trabajando, Juno te recomendó y creo que no escuchaste nada de lo que dije –Eileen nunca había maltratado o alzado la voz a los sirvientes, pero deseaba tomar a la chica por los hombros, sacudirla con fuerza y con desesperación gritarle que se fuera.

Will to Fire [Portegas D. Ace]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora