Capítulo 4

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- Bueno Henry, ¿qué te llevó a querer secuestrar niños para sobrevivir?

- Cállate, hijo de puta, todo esto es tu jodida culpa.

Escupió el secuestrador, recientemente bautizado como Henry, fulminando con la mirada al demonio, rezando internamente que los policías no escucharán su verdadera profesión.

A Crowley no podría importarle menos, después de todo, la situación era de lo más bizarra, no se encontró en una situación así desde que le tocó contrabandear alcohol en la época de ley seca (y...si, lo atraparon)

En un auto de policía, con un secuestrador y un bebé en una canasta muy cara ¿Algo raro aquí? Claro, Crowley no tenía sus lentes.

Nadie encontraba extraño los ojos de Crowley, pues, este es el siglo 21, los lentes de contacto eran comúnmente utilizados y más aún, los lentes con diseño en su pupila.

El auto seguía andando y el bebé empezó a balbucear, movía sus brazos y miraba curioso a la gente que tenía en su entorno.

- Ahifafadada~

Ahilaladada~

- Oh, el pobrecito debe tener hambre.
¿Qué quieres bebé? ¿Quieres una sabrosa dona?

Preguntó el copiloto que sostenía en su regazo al lactante, como si el le pudiera responder.

El piloto miró divertido a su compañero por unos momentos y le dijo irónico.

- ¿Quieres que el pobre bebé tenga diabetes?

- Bueno, ¿y tu eres un pediatra experto? Solo será un poquito, no se la daré completa, idiota.

- Haz lo que quieras...

El policía que sostenía al bebé le dió un trocito de la dona que tenía en el auto y el bebé lo comió con gusto, sus mejillas se sonrojaron y cerró los ojos por el placer de la dulzura.

- Awwww, ¡míralo!

Exclamó embobado Henry.

- ¡Como se esperaba de mi hijo! Parece un ángel.

Sonrió Henry embobado.

- Mgh mmghg

Balbuceó el bebé, feliz

- Aww, ¿te gusta? Pues ese será tu nombre por ahora, Ángel.

Sentenció el piloto, mirando de reojo al bebé, sin percatarse de que el delincuente secuestrador que tenía en el auto, había hablado como un idiota sobre el bebé.

El rostro de Crowley era de la más pura incredulidad, nisiquiera en un auto de policía, a un lado de un secuestrador, en un lugar donde sabrá Satán están, podía quitarse a Aziraphel de encima.

¿Ángel? ¿Encerio?

Pensó el demonio, cansado, solo quería tomar una, dos, incluso unas seis botellas de vino le vendrían bien en este momento y quizás en los próximos días... bueno, meses.

El auto llegó a su destino y quienes estaban en el auto salieron para ir entrando a la comisaria.

- Bueno, ustedes entren a la celda y nosotros veremos a quien le robaron este bebé ¿Si?

Dijeron los policías, mientras llevaban a la dupla a una celda de la comisaría, mientras les quitaban las esposas y cerraban las rejas con llave. Esta celda pequeña, estaba en medio de la recepción, por lo que estás eran solo de paso, eso daba un poco de alivio.

- ¡Ya le dije que ese bebé es mi hijo!

Gritó Henry, mientras sus manos se aferraban a los barrotes que lo separaban de su mercancía, ya perdida

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⏰ Última actualización: Oct 15, 2023 ⏰

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¿Me perdonas? / Good omens /Donde viven las historias. Descúbrelo ahora