Aziraphel, perdido en la nebulosa de su mente, pensando en todo y nada a la vez, aunque, ese todo y nada podía resumirse en un solo nombre: Crowley. Al no estar prestando atención al estrecho espacio que compartía con aquel hombre de avanzada edad, se sorprendió cuando sonó el timbre de llegada al piso deseado. Había llegado al cielo, después de tanto tiempo, junto a Metatron, claro. Este estiró su mano, dándole a entender al ángel con pajarita que saliera del ascensor primero.
- Oh, gracias.
Aziraphel salió, con una sonrisa forzada en sus labios, recién marcados a fuego por cierta serpiente y Metatron le siguió por detrás. Avanzaron un poco y ahí se encontraba el arcángel Miguel, parecía estar esperándolos, bueno, a Metatron.
- Su excelencia, lo esperábamos.
Dijo Miguel, mientras inclinaba su cabeza en dirección al arcángel de más edad.
~Dios, solo falta que haga una reverencia...~
Pensó Aziraphel, mientras hacía un esfuerzo casi demoníaco por no girar los ojos en ese instante.
- Si, si, me he percatado. Ahora, Aziraphel... ¿Por qué no vienes conmigo para llevarte dónde está el todo poderoso? Creo que tienen mucho de que hablar.
Los dos ángeles que estaban frente a Metatron, abrieron los ojos como platos, las alas por poco no se desplegaron debido a la sorpresa. La sonrisa falsa de Aziraphel, que pensó que había engañado a todos, pues era un maestro en las ilusiones (no engañó a nadie) había desaparecido por completo, sus labios se abrieron y su tez palideció.
- Oh, ¿Por qué se ponen así? Creen que Aziraphel está aquí porque Satanás y nuestro señor, apostaron por a quien elegiría este ex ángel bibliotecario?
El sarcasmo de Metatron hizo que Aziraphel y Miguel volvieran a estar alertas, el ángel de cabello blanco rizado, le molestó que Metatron bromeara con esos asuntos, bueno... Ese asunto en particular. Su cara volvía a estar seria y decidida.
- ¿El señor todo poderoso quiere ver a el traid- a Aziraphel?
Se corrigió Miguel rápidamente.
- Bueno, ángel, ¿me sigues?
Metatron hizo caso omiso de la pregunta de Miguel y empezó a caminar por los pasillos del cielo. Aziraphel lo siguió, sin devolverse a mirar al otro ángel que seguía en su sitio.
- ¿El todo poderoso quiere verme por... El asunto del que usted mencionó en la tierra?
Preguntó Aziraphel, mientras Metatron los guiaba por unos pasillos tan iluminados que casi lo ciegan.
- ¿Por qué no se lo preguntas tu?
Metatron había terminado su frase al detenerse al final del pasillo, ahí estaba, una puerta gigante, esta era asombrosa y resplandeciente, blanco y dorado. Brillaban como estrellas y resplandecía como plata recién pulida. El ángel, aún con su gabardina negra, abrió la puerta, pero este no entró, sino que, una vez más, incitó a Aziraphel para que diera el primer paso.
- Es- Está bien.
Apenas era capaz de procesar lo que pasó hace menos de media hora, y ahora estaba frente a la puerta, en donde se encontraba Dios, esto era, a lo menos, estresante. Pero entró y la puerta de atrás se cerró, quedó rodeado de una espesa nube que poco a poco se iba dispersando, para dar paso a una vista que solo creía capaz de ver en sus sueños. Era... El cielo en todo su esplendor, el sol, la luna, las estrellas, el día y la noche, estaban ahí, conviviendo, siendo uno, siendo un todo.
- ¿T-Todo poderoso...?
- Ah, Aziraphel... Te he estado esperando mucho tiempo.
Una esfera de luz apareció de sorpresa frente al ángel, dejándolo perplejo.
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¿Me perdonas? / Good omens /
FanfictionAziraphel eligió ir al cielo, abandonando a Crowley en la tierra, este, exiliado por el cielo, despojado de la protección del infierno, y ahora, la partida de su ángel, pero ¿son las cosas tan sencillas? La segunda venida nos dará la respuesta.