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Estábamos en el coche yendo para su casa.

El camino estaba silencioso así que decidí hablar con él.

-Te he dicho algo mío que nadie sabe, dime tú algo que nadie sabe.

-Dejame pensar en algo.-me dijo, estuvo en silencio unos segundos antes de volver a hablar.-Esto es algo que... Bueno le conté esto a un amigo hace mucho tiempo pero el no recuerda nada, perdió la memoria. Así que supongo que cuenta como que no lo sabe nadie.-mencionó algo dudoso.

-Si, supongo que cuenta.-quisé preguntarle por su amigo pero ya lo haría en otro momento.

-Bueno, yo desde siempre fuí un niño de mente abierta, mis padres y mis abuelos me enseñaron que no hay barreras para amar a nadie, en eso siempre he estado agradecido. Pero supongo que no a todos los niños se les enseñaba eso.-explicó.-De pequeño, una vez le dije a uno de mis compañeros de clase que me gustaba, yo estaba muy pequeño y no sabía que algunas personas podían no reaccionar de la mejor manera a algunas confesiones. Ese niño me gritó y me dijo que eso no estaba bien, que era asqueroso y muchas cosas más que eran demasiado crueles para un niño de esa edad. Después de ese día el niño se encargó de contarle a toda la clase el incidente del día anterior, todos se hicieron a un lado.

-Dios eso es horrible, eras muy pequeño.-dije molestó. ¿Por qué hacían de lado a un niño pequeño solo por su manera de amar?

-Tampoco es culpa del niño, nunca le guarde rencor, simplemente él tenía la mentalidad que sus padres le enseñaban.-explicó.-Pase un trimestre solo, nadie se quería sentar conmigo. Me sentía muy triste en esa época. Entonces un día, llegaron unos chicos un poco más mayores que yo, uno de ellos era el hermano del niño al que me había confesado y supongo que los otros sus amigos. Estos me empezarón a gritar maricón. Yo no entendía lo que significaba la palabra pero escuchaba a todo el mundo reír y en mi cabeza sonaba feo, así que supuse que era algo malo. Creo que estuve a punto de llorar.-vi como Hyunjin empezó a sonreír.-Pero antes de que pudiera hacerlo un niño bajito con las mejillas rositas y un carácter fuerte les gritó: "Dejar a Hyunjin en paz, dais asco, seguro que vuestra madre no os ha enseñado a portaros así de mal" y después vi como le cogía de las orejas a uno de ellos y empezaba a tirarselas diciendo "no vuelvas a molestar a Hyunjin o le diré a la profesora que eres un mal hyung".-Hyunjin se rió.-Fue el único que me defendió, ni si quiera sabía su nombre pero el sabía el mio. Después de ese día se acercaba todos los recesos y me preguntaba si esos matones me habían vuelto a molestar. Después descubrí que solo lo hacía para acercarse a mí. Nos volvimos mejores amigos y luego...-no terminó la frase.-Oh, ya hemos llegado.

Fingí ignorar que no me había contado la última parte.

-Me cae bien ese chico parece adorable.-le dije.

-Lo es.-no supe como descifrar su mirada entonces solo me baje del coche.

Era un piso normal, no una mansión como me había esperado.

Nos adentramos y subimos al ascensor, Hyunjin le dio al botón 6 y empezamos a subir.

Cuando llegamos cruzamos un pasillo largo hasta llegar a la última puerta y entonces sacó las llaves, las metió en la cerradura y abrió la puerta.

-Sientete como en casa.-me dijó mientras me ofrecía unas zapatillas de estar por casa. Me quite los zapatos y me puse las chanclas y al fijarme en ellas, no sé porque me pareció que ya las había visto antes.

-Las chanclas me suenan, creo haber tenido un par igual antes, pero no recuerdo bien.-Hyunjin se giró y pude jurar que hubo algo de sorpresa en sus ojos pero no entendía el porqué.-Olvidalo, muchas chanclas son iguales.-él siguió mirándome como si me estuviera analizando y después asintió lentamente.

Are you scared? «HYUNIN»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora