Get away from him |JackHope|

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Jackson no buscaba una nueva víctima tan pronto. Bueno, mentía, él sólo esperaba que alguien alrededor de su amado cometiera un error, se acercará mucho a Hoseok, y luego les aclarará muy amablemente, que sólo él podía estar así de cerca de su menor.

Su nueva víctima, Lee JiEun. Una lástima, la chica era agradable, había conocido a su dulce Hoseok cuando eran niños. Su lindo bebé la defendió de unos crueles niños que la molestaban seguido. No había cometido ningún error, siempre a una distancia prudente, los abrazos duraban lo necesario, saludos cada cierto tiempo, claro lo dejaba pasar, era una chica insegura y predecible, Jackson sabía que le gustaba su Hoseok pero ella jamás haría algún movimiento.

Claro hasta hoy, hoy que decidió darle un abrazo de más de treinta segundos y un beso en el bellamente marcado pómulo derecho de su amado, debía desaparecer, y sufrir un poco, pero sobretodo, mantener sus sucias manos lejos del rostro de Hoseok. A lo lejos, Jackson veía como la chica le daba sus condolencias a Hoseok e intentaba reconfortarlo, solo él podia hacer eso. Espero pacientemente que JiEun se levantara y se despidiera de Hoseok con otro sucio beso en la mejilla. Disgusto. Enojo. Frustración. Eso sentía, quería despedazarla, cortar sus manos, por tocar la piel perfecta de su amado, quería sacarle los ojos por mirar de esa amnera tan asquerosa a su amado, quería... Esta noche.

Cuando la chica se fue,Se acercó a Hoseok y pasó sus brazos por la cintura del mayor, quería marcar su territorio, pero también sabía que hoseok se estaba sintiendo mal al recordar la muerte de sus amigos cada que le dan condolencias.  

Pasaron algunos días, Jackson se las ingenio para espiar a la trola esa, hasta que ya se sabía cada uno de sus movimientos y a qué hora dormís y se levantaba, tenía planeado secuestrarla de noche, y hoy sería ese día.

Esa se metio la habitación de la chica, se aseguró que estuviera profunda y retiro la cámara de la lámpara guardando la en su bolsillo, después la quemaría. Se bajó su mochila de los hombros y sonrío, tomó una jeringa y la preparó para poder inyectar a JiEun, lo que menos quería era que se despertará en medio del traslado.
Se encargo que la toxina no le provocará alguna convulsión a la chica, amarro sus manos y pies, vendo sus ojos y la amordazó.
Bajarla del segundo piso de su casa y luego llevarla a su auto seria lo complicado, lentamente salió de la habitación, la madre y el pequeño hermano de JiEun dormían profundamente, no se veía ningún vecino chismoso. Cargo a la chica en su espalda y salió por la puerta de atrás, luego al llegar a la cerca que dividía el patio del de los vecinos, levantó una de las maderas y pasó al callejón que se formaba entre las cercas, donde estaba su auto, ¿descuidado? Se podría pensar, no cuando días antes había parqueado el auto por lo zona, habia duplicado la placa del carro de algún vecino de JiEun y le había pegado a su carro en caso de que alguien viera algo. El camino fue largo, casi una hora para llegar al almacén que donde Lee JiEun moriría. La chica empezaba a despertarse, Wang la había dejado en el suelo frío, estaba incómoda.  Mientras ella empezaba a recuperar la consciencia, Jackson jugaba con sus herramientas, las limpió y se cambio sus guantes de nitrilo por unos de cuero.
Y empezaba el juego.
— Lee JiEun, que mocosa tan ambiciosa eres, te crees la gran cosa para poder tocar a mi muñequito. ¿Quién te cree para poner uno solo de tus dedos sobre él? ¿Para insinuarte descaradamente como consuelo? Me disgustas, ni yo caí tan bajo.
JiEun reconoció esa voz entre la oscuridad de su mente turbada y sentidos casi opacados, no lo podía creer, lo estaba soñando.
— ¿Ni siquiera vas a intentar gritar? Ah, que lastima, estaba tan emocionado por verte pedir piedad.