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Kunimi y Kindaichi ya estaban cerca de la casa del mayor

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Kunimi y Kindaichi ya estaban cerca de la casa del mayor. La noche había caído hace un rato, entre un cuarto de hora y media hora. No lo sabían con exactitud, tampoco es que importase demasiado. Yutaro y Akira se encontraban en el patito trasero.

-Aki- dijo Kindaichi, tratando de descubrir si el más bajo -aunque no por mucho-Seguía despierto. Y de no ser así no sería la primera vez que le tendría que cargar para llevarle a su cama. Por cosas así de pequeño siempre le decían el niño princesa.

-Dime- Gruñó kunimi quien se encontraba boca abajo tumbado en el suelo con su cara en la sudadera que estaba usando como "almohada".

-Voy a entrar para cocinar algo ¿Te apetece algo?- Dijo el central sin esperar una respuesta del contrario ya que tendía a ser ambiguo con ese tipo de cosas. Se levantó y estiró un poco los músculos. Quien seguía con su ropa de entrenar.

-Deberías ir a cambiarte primero. La grasa y la ropa blanca no van bien juntos- Respondió Akira con serenidad, como era común en él. Se levantó del suelo y se dirigió a la puerta. Al abrir la puerta Kunimi se adentró en la casa seguido por su mejor amigo.

Los dos pasaron un buen rato en silencio; y no uno el cual era muy cómodo. Kunimi a pesar de que no era una persona habladora hoy había estado muy encerrado en su propia burbuja y Kindaichi se lo notó muy rápido. Trató de hablar con su mejor amigo por si es que pasaba algo que le tuviera preocupado o estresado, pero ni una palabra salió del mayor aparte de un vago "no pasa nada" y tampoco fue una respuesta muy convincente. No era la primera vez que pasaba está situación pero sabía que no podía obligar a Kunimi a decirle que le pasaba.

-¿Yuu? ¿Me has escuchado?- Akira, quien estaba al otro lado del pasillo, casi entrando a su habitación se quedó apoyado en el marco de la puerta. Su expresión era algo confusa de leer, no se podía distinguir bien en la distancia.

-No perdona, me perdí en mis pensamientos ¿Que dijiste?- Respondió Yutaro, empezó a caminar a la dirección del contrario. El pasillo era bastante corto y no tardó más que varios segundos en estar cerca del contrario.

-Estaba diciendo que la ropa ya no está donde siempre. Ahora está en el cajón de al lado.- Mientras le estaba hablado el de pelo castaño se acercó a su armario para mostrarle exactamente lo que estaba diciendo.

Akira se alejó del armario para agarrar su pijama-el cual consiste en un pantalón corto y una camisa antigua de jugar- el cual estaba en su escritorio y en el camino agarró su toalla. Se acercó a la puerta y sin mediar palabra salió de la habitación. Kindaichi empezó a rebuscar entre la ropa de Kunimi. Es algo que suele hacer cuando se queda a dormir a la casa del ya mencionado y tampoco es que haya mucha diferencia entre lo que usa uno o el otro.

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Constelación De LunaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora