Capítulo 1.

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Diciembre 2022.

Sergio despertó con un fuerte dolor en la espalda, apenas sentía las piernas y ni hablar de otras partes de él que aún estaban muy sensibles.

Miró a los dos hombres que dormían plácidamente, uno a cada lado de él, no quería interrumpir su sueño así que, tratando de no despertarlos, bajo de la cama y se dirigió al cuarto de baño, necesitaba una ducha caliente y solitaria, su cuerpo no podría aguantar una ronda más.

¿Como había acabado en la cama con los dos campeones del mundo, quienes, por cierto, decían odiarse a muerte?

Cerro la llave del agua y se metió en la tina, dejando que su cuerpo se relajara por completo. Cerró los ojos y trató de recordar cómo había llegado hasta ese momento.

GP de Emilia-Romagna. Abril, 2022.

Subió al pódium en segundo lugar, Max se había llevado la victoria por segunda vez esa temporada mientras que Lewis subía por primera vez en lo que iba del año, y no parecía muy feliz por hacerlo en el tercer lugar.

La tensión entre los tres era palpable; Max y Lewis no se llevaban nada bien, eso era sabido por todos y Sergio, que se llevaba bien con ambos, estaba comenzando a sentir que tenía que tomar partido por alguno, algo que claramente no quería hacer.

Esa noche, después de terminar las entrevistas y conferencias, decidió que era momento de terminar con aquella rivalidad de una vez por todas así que invitó a ambos pilotos a celebrar aquel pódium con unos tragos en su habitación, ninguno de los dos sabía que estaría el otro, era la oportunidad perfecta para que hablaran y solucionaran sus problemas.

—Me dijiste que solo seríamos nosotros —se quejó Max cuando vio a Lewis sentado cómodamente y con un trago en la mano— ¿qué hace el aquí?

Sergio se arriesgó a dejarlos a solas por un momento mientras el iba a buscar otra botella.

—Yo tampoco sabía que vendrías —replicó el mayor— pero si no te gusta puedes largarte, Checo y yo nos divertiremos más sin ti.

Max sintió que la vena de la frente podría reventarle en cualquier momento.

—Ya te gustaría que te dejara a solas con él.

Max había visto como el idiota de Lewis se comía con la mirada a su compañero y también sabía que ellos dos habían tenido sus aventuras un par de veces a través de los años, aunque según había escuchado, nada serio.

Sergio regreso a la sala de la suite con más alcohol, lo necesitaría para sobrevivir al encuentro de esos dos.

Para Max todo era una competencia, incluso beber, dos horas después de que ambos llegaran estaban más ebrios que sanos y Sergio aún no podía hacer que ambos hablaran y solucionaran lo que sea que había entre los dos.

—Verdad o reto —grito Sergio cuando se le ocurrió una nueva forma de hacerlos hablar entre ellos.

—¿Que? —Lewis no entendió aquello a la primera.

—Verdad o reto —repitió Sergio— es un juego.

Lewis negó con la cabeza y se encogió de hombros, no lo había escuchado antes.

—Él es muy viejo para esas cosas, ni lo intentes Checo.

Sergio lo ignoro y explicó el juego.

—Es fácil, giramos la botella y a quien apunte deberá decidir entre verdad o reto y quien la hizo girar pregunta algo o pone el reto. Yo inicio.

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