Capítulo 1.

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Exactamente 150 años después de la última batalla del grupo de Inuyasha, Naraku había sido derrotado, la perla de Shikon había sido completada y purificada por Kaome y la paz había sido restaurada en la era feudal. Todo parecía ser perfecto en la vida de estos jóvenes, pero aún había un enemigo, el peor de todos para cualquier ser mortal, el tiempo; el tiempo había pasado, y los simples mortales habían muerto por causas naturales, vejez. ¿Sus hijos? Habían muerto, con naturalidad en una época tan difícil, sus hijos no habían sobrevivido después de la difícil muerte de sus padres.. Kaome, Sango, su Excelencia junto a sus hijos habían fallecido como los humanos que eran.. ¿Shippo? Había crecido, formó su vida encontrando a una linda muchachita de su edad inmortal al igual que él, aunque aún eran jóvenes, y como cualquier otro joven querían explorar, vivir la vida, buscar su propio lugar, un lugar donde solo ambos pudieran estar, un lugar único..
Inuyasha.. el joven híbrido Inuyasha.. qué decir de él.. fue el más sufrido ante la partida de su enamorada, sus hijos y amigos, nuevamente se sentía solo en el mundo, lejos de la humanidad y de la civilización de los monstruos, volvió a ser ese híbrido, el niño bestia quien no era aceptado por los humanos pero tampoco por los monstruos, volvió a ser una simple bestia.. Pero Inuyasha no dejó que su tristeza lo consumiera, o eso trataba de hacer; el chico que una vez fue parte de un grupo, ahora era un simple muchacho sólo en el mundo, vagando por las tierras, de árbol en árbol, de región en región, intentando buscar a su linda Kaome, su exterminadora Sango, al monje Miroku, la gatita Kirara y al pequeño Shippo, buscaba a su familia.. pero nadie aparecía, solo podía limitarse a recordar aquellos buenos momentos, donde por fin era alguien, era aceptado y no era una bestia.

Sesshomaru no se quedaba atrás cuánto a pérdidas, Rin, la primer humana que llegó a amar y cuidar, esa pequeña niña no pudo contra el tiempo, y el mismo tiempo se llevó a su familia dejando a un serio y frío Sesshomaru destrozado por dentro y a un sirviente Jaken que no dudaba en demostrar su tristeza ante la inevitable pérdida de personas que lo acompañaron durante tantos años. Pero, aún con tanto dolor, Sesshomaru no había cambiado en lo más mínimo, su rostro seguía siendo completamente serio, despidiendo una frialdad que dejaba helado a cualquiera que se atreviera a ver esos rasgados ojos sin luz, sin vida, sin amor..

La vejez no alcanzaba ni alcanzaría a ninguno de los hermanos, ambos lucían como un chico de 19 años para el menor y 24 para el mayor.. aún superando los 300 años, conservan una espectacular apariencia sobrenatural e inigualable, simplemente belleza.

Ahora, ambos tenían una lección que aprender, el amor de hermanos debía de brotar entre ellos, por más mínimo que fuera, una pizca de cariño han de tener uno por el otro.. ¿Verdad? Eso es lo que pensaba el difunto padre de los hermanos, quien antes de morir dio una petición a un viejo amigo brujo "Inuyasha será un niño híbrido.. Sesshomaru detesta a los humanos.. por eso necesito tu ayuda. Todos tienen un punto débil, incluso mis hijos, cuando ambos se encuentren en un estado de soledad y debilidad, deberás de poner un hechizo sobre el menor de ellos, y pondrás a prueba el corazón de mí hijo mayor, confío en que el frío corazón de Sesshomaru habrá una gota de cariño por mí cachorro.. llegará el momento en el que solo se tendrán uno al otro, por lo que su lección será clara, por sus venas corre la misma sangre de monstruo, y ellos son mis cachorros.. ¿he sido claro?" esas fueron exactamente las palabras del General Perro, aquel monstruo capaz de amar solo buscaba la protección y amor para sus hijos, la vida era difícil, y ellos solo se tendrían entre si. El brujo entendió perfectamente el pedido de su general, y en el momento indicado acató al pie de la letra las órdenes que había recibido.

Primer paso, dejar inconciente a Inuyasha. Sabía lo agresivo que podía ser el chico, y aún más con sus perfectos sentidos y reflejos no sería trabajo fácil hechizar al joven.

Narra el brujo.

Ha llegado el día.. por fin podré cumplir el pedido de mí difunto general y así podré ir con él al otro mundo..

Ví a un triste Inuyasha descansando en la orilla de una montaña con ojos cerrados, y no pude evitar sentir pena por él.

―Pobre niño..

Pero no era momento de sentir compasión, debía hacer mí labor antes de que el híbrido notara mi presencia. A paso sigiloso me acerqué al chico sentándome a su lado, no podía ser agresivo en este momento. Estuve a punto de hablar pero la voz del joven me interrumpió, a cambio de mí presencia recibí un grosero "¿Quién demonios eres?" junto a una amenaza con su espada Colmillo de Acero apuntando hacía mi pobre ser.

―Hola, Inuyasha.. Veo que no haz cambiado en lo absoluto, tan desconfiado y alerta como siempre, tal como cuando eras un niño.

Hablé con voz tranquila. Por supuesto, Inuyasha no me recordaría, la última vez que me vio fue cuando tuve que defenderlo de unos cobardes pero enormes monstruos que querían matarlo, en ese entonces el híbrido era un pequeño niño, demasiado pequeño.


Narra Inuyasha.

¿Quien se suponía que era este viejo? ¿Acaso está intentando engañarme? Recuerdo haberlo visto, por su olor, pero, ¿era alguien en quien podía confiar?

―¿Qué es lo que quieres? Habla rápido, no tengo mucho tiempo.

Dije aunque tiempo era lo que más tenía.

―Yo fui un viejo amigo de tu difunto padre, peleamos batallas juntos y conocí a sus dos hijos de pequeños.

Esa fue la respuesta que recibí por parte del brujo junto a un suspiro, pero aún no me quedaba claro algo, ¿qué es lo que quería? Admito que saber que fue amigo de mí padre llamó mí atención, pero no lo suficiente como para permitir tener una conversación, o al menos en el momento.

¿En serio? ¿Conociste a mí padre? ¿Cómo era él?

La curiosidad me ganó, no pude evitarlo.

Narra el brujo.

El punto débil de su atención es su padre, es natural, cualquiera querría saber de su difunto progenitor si no lo hubiese conocido, dije en mí mente.

―Así es Inuyasha, pero no he venido a hablarte de él, vine a cumplir la última petición que tu padre me hizo. Lo siento.

No podía perder más el tiempo, aproveché el tener la curiosidad del híbrido sobre mí y rápidamente le eché unos polvos que debilitan a cualquier monstruo, el mismo polvo dejó sin fuerzas a Inuyasha, pues este estaba hecho de una manera muy similar al de las sacerdotisas. Lo vi caer al suelo con su cuerpo temblando, las orejas bajas y tapando su boca con la manga de su kimono mientras tocia; la lástima abordó mí mente, pero no era momento de eso, cuando vi que quiso levantarse nuevamente tiré más de mí polvo para no permitir su escape ni ataque.

Narra Inuyasha.

―M-maldito... ¡Maldito! ¡¿Cómo te atreviste?! Solo sos un viejo sin vergüenza.. ¡Te destruiré ahora mismo así que prepárate!

Intenté levantarme pero mí cuerpo estaba demasiado débil, no, no, no.. no podía estar pasando esto.. debía levantarme y acabar con él antes de que acabe conmigo.

Aprendiendo a amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora