Capítulo 2

227 18 1
                                    

Narra el brujo.

Vi el débil cuerpo del híbrido y supe que esta era mí oportunidad, me acerqué a él inmovilizándolo para comenzar con mí labor. Saqué mí báculo mágico moviéndolo de una forma específica, pero este contaba con poder propio, como Colmillo de Acero y Colmillo Sagrado; sumando eso más que el joven Inuyasha no dejaba de moverme hizo que perdiera la concentración y un gran frasco con polvo mágico cayó sobre Inuyasha bañándolo en polvo con una nueva receta a prueba, el cuerpo del híbrido comenzó a retorcerse y un rayo de luz salió de mí báculo yendo directo al chico abajo mío. Oh no.. la suma de poder y debilidad que estaban en contra del pobre mitad bestia hizo que sus sentidos cedieran y cayera en un sueño profundo.

―Inuyasha.

Lo moví un poco.

―¡Inuyasha! Despierta.

Moví más su cuerpo sacudiendolo, esto definitivamente no era parte del plan. Estaba a punto de moverlo nuevamente hasta que el cuerpo del joven comenzó a palpitar dando inicio a la transformación gracias al polvo y el báculo.

Narrador omnisciente.

15 minutos exactos tardó la transformación, en todo el proceso el cuerpo del mitad bestia palpitaba, con cada uno de esos su cuerpo iba haciéndose cada vez más pequeño hasta terminar siendo un pequeño niño que no superaba los 4 o 5 años. El monstruo brujo quedó atónito al ver que se había equivocado de hechizo, oh no.. ¿Eso significaba que?.. ¡Sesshomaru sería un niño! Porque sí, ambos hermanos habían sido hechizados, pero en el mayor no había hecho efecto alguno, o al menos no que el brujo hubiera visto; acababa de transformar al joven Inuyasha en un niño, pero al menos su labor estaba hecho, o eso quería creer él, sería cruel dejar al niño abandonado, así que lo tomó en brazos aprovechando que este estaba inconciente, después de una larga caminata de varias horas llegaron al bosque por lo que dejó al híbrido sobre el pasto, sabía que Sesshomaru estaba cerca así que podrían encontrarse, pero lo que Inuyasha no sabía es que el brujo antes de hablar con él habló con Sesshomaru, pero el hijo mayor del Comandante Perro no había creído ni una sola palabra del señor, después de que el Amo Sesshomaru haya despreciado cruelmente al brujo que solo estaba siguiendo órdenes, fue hechizado con una táctica mayor que la de Inuyasha, puesto que el demonio era más fuerte que su hermano menor. El brujo se fue, dejando a un pobre e indefenso Inuyasha inconciente en el pasto, solo que el señor no había contado con que el niño perdería la memoria debido al fuerte hechizo y lo pequeño que había quedado, solo sabía que Inuyasha no volvería a la normalidad hasta que ambos creen un lazo de hermanos, y bueno.. hasta que el brujo cree un hechizo que los devuelva a sus edades. En la mente del brujo solo pensaba en la mala idea que era esto y en que debía esconderse para que Sesshomaru no lo mate.

Narra Sesshomaru.

―Maldito brujo.. No puedo creer que caí en sus engaños.

Hablé muy molesto, parecía de unos 14 años humanos, esto no podía estar pasando, debía ser un chiste de mal gusto para buscar que el gran Sesshomaru acabe con su vida, no dudaré en acabar con ese maldito engendro cuando lo encuentre. Jaken solo me miraba boquiabierto, daba comentarios como "cómo se atreve" o "yo mismo lo buscaré y se lo traeré", pero como respuesta solo recibía mí desinterés o un frío "No molestes". Comencé a caminar por el bosque ignorando a Jaken, no podía controlar mí ira, mis ojos estaban rojos pero luego de pocos minutos me calmé, debía mantener mí semblante frío y serio; cambiaba sin rumbo alguno, como siempre, pero de repente un olor a cachorro llegó a mí gracias a mí buen olfato, decidí ignorarlo a pesar de que estaba cerca, pero no esperé cruzarme con ese cachorro, pero muchísimo menos esperé que sea Inuyasha, parecía un niño de menos de 5 años, nunca lo había visto así, que asco. Me acerqué a él y con mí látigo de veneno di un azote sobre las piernas de Inuyasha.

―Inuyasha, debes despertar.

Mí voz seguía siendo la de antes, con la mínima deferencia de que era un poco más fina, pero no perdía su dureza. Miraba fijamente al híbrido, sin expresión alguna, veía como despertaba asustado, que ridículo.

Narra Inuyasha.

¿Donde estoy? ¿Qué había pasado? No podía recordar nada. ¿Sesshomaru? ¿Por qué me golpeas? Es todo lo que pasaba por la mente de Inuyasha, se alejó un poco mirando desentendido a su hermano, por supuesto no sabía el odio mutuo que se tenían.

―¿Qué pasa? ¿cómo llegué acá?

Miraba la repugnancia con la que Sesshomaru me miraba, no entendía por qué. Me levanté acercándome un poco a mí mayor, el cual era notoriamente más alto que yo.

Narra Sesshomaru

¿Este niño estaba jugando conmigo? ¿Acaso él había perdido la memoria? Por supuesto, un ser tan repugnante e inferior como él no podría aguantar algo así. Inútil.

―No seas insolente conmigo, dejá de fingir o te destruiré ahora mismo.

Sabía que no estaba fingiendo, pero debía de estar seguro, aunque admitía que verlo así de indefenso llamaba mí atención, nunca pensé verlo como un niño. No dije nada a pesar de haberlo encogerse en su lugar, solo me di la vuelta y comencé a caminar; Jaken se había quedado en el lugar donde estábamos antes, así que no tenía que ser ninguna órden, pero algo que no esperé es notar como Inuyasha me seguía, ¿qué estaba haciendo?

―No me sigas.

Hablé firme y claro, pero pareció no poder acatar mis órdenes, por lo que me di un poco la vuelta y con mí látigo le di un azote.

―Quédate ahí, andá a otro lado, no me interesa, pero no me sigas.

Narra Inuyasha.

¿Por qué no puedo ir con vos hermano? No lo entiendo, quiero estar cerca tuyo, si estoy solo los humanos me golpearan y los monstruos intentarán comerme.. Su inocente mente no podía entender el por qué de las actitudes de de su mayor.

―Quiero ir con vos..

Mi voz era algo débil, tal cual como la de un niño de mí edad. No importaba lo que dijera, iría con él. No obtuve respuesta así que solo esperé a que Sesshomaru se alejara un poco para seguirlo, pero en mí intento de perseguirlo disimuladamente recibí un ataque más fuerte que los demás y un pequeño gruñido indicándome que me mantuviera lejos, me sentí bastante triste, no comprendía por qué mí hermano no me quería cerca, me senté en el suelo mirándolo mientras se alejaba cada vez más de mí hasta desaparecer por completo.

Narrador omnisciente.

Y así fue, el pequeño Inuyasha quedó sentado en el suelo hasta que cayó la noche, sin saber qué hacer o donde ir. No podía dormir, el miedo e instinto de supervivencia me decían que no duerma, y cuánta razón tenían, a mitad de la noche un monstruo apareció queriendo cazar al híbrido, pero el menor a pesar de que intentó defenderse no pudo hacer mucho por la desventaja de su edad y tamaño, solo sabía controlar las Garras de Acero, pero no era una táctica lo suficientemente fuerte para defenderlo de tal monstruo. Corrió, corrió todo lo que pudo después de recibir una paliza y casi ser comido por el monstruo, temía no sobrevivir de esto.


Aprendiendo a amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora