Capitulo 5.

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Narrador omnisciente.

―Sesshomaru.. ―Repitió el niño mirando a su alrededor en busca de siquiera la mínima presencia de su hermano.

Decidió esperar unos pocos minutos ya que  gracias a su poca paciencia no pudo esperar más y comenzó a revisar los alrededores, pero por ningún lado se encontraba Sesshomaru, entonces por su mente cruzó "¿Se ha ido?", prefería no creer eso y seguir buscando.

Entonces fue cuando se dio cuenta que se encontraba solo, una rara pero conocida sensación recorrió su cuerpo, una soledad que no recordaba haber sentido pero en el fondo sabía que no era la primera vez que se sentía así. Se sintió traicionado, había sido engañado por su hermano.

―Maldito.. cómo se atrevió a dejarme en este lugar..―Habló con rabia y algo de dolor en su corazón.

Pero Inuyasha no tenía tiempo para lamentos, estuvo solo antes y podía volver a estarlo sin problemas, después de todo los demonios poderosos no andan en manada, y menos con un estúpido hermano.
Tomó coraje y siguió su camino solo como en un principio, buscando algo qué comer, tal vez podría conformarse con un jabalí. Dicho y hecho, ahí estaba Inuyasha persiguiendo ferozmente a un jabalí que había tenido la mala suerte de cruzarse con un hambriento perro; se abalanzó sobre el jabalí clavando sus colmillos en el cuello del animal, una clásica estrategia de caza para acabar con su vida en segundos, paralizó al jabalí escuchando su chillido y su sangre quedó derramada en la boca de Inuyasha.

Insecto..

Insultó antes de arrancar un pedazo de carne del fresco jabalí. Había algo distinto dentro de Inuyasha, no pensaba con claridad, sus instintos lo dominaban, ni siquiera se había dado cuenta del hambre que tenía hasta este momento.. o tal vez era algo más que hambre, no estaba seguro de qué era esto, pero acabar con un frágil ser inferior le generó un placer interno, la caliente sangre corriendo por sus colmillos junto con la fresca carne de una presa recién cazada. Sus orejas se movieron en cuanto escuchó pasos acercarse, se dio la vuelta y vio a un grupo de forasteros sobre caballos, algunos con espadas en sus manos y otros con flechas y arco en sus espaldas.

―Jefe, hay un niño con orejas de perro. ¿Qué haremos con él? ―Habló uno de los hombres.

―Mantenlo y quitenle los dientes, tal vez podamos hacer algo útil con esa pequeña bestia. ―Contestó con arrogancia el jefe de estos bandidos. ―Acaben con él.

Al recibir la órden los hombres no lo pensaron dos veces antes de obedecer. Uno de ellos lanzó una flecha hacia Inuyasha, pero no contaba con que el atacado saltaría esquivando la flecha.

―¿Creen que pueden lastimarme ―Preguntó con soberbia y enfado el peliblanco cuando se pero frente a ellos.

Inuyasha saltó hacía ellos con su característico ataque "garras de acero", desfigurando la cara de 3 de sus hombres, gritos de pavor salieron de quienes habían sido heridos a lo que la bestia respondió "Acabaré con su sufrimiento ahora mismo.", para así decapitar con el mismo ataque a los hombres, ahora solo quedaban la mano derecha del jefe y su superior.

¿Qué? ¿Eso es todo lo que tienen? ―Tronó sus dedos con una cruel sonrisa el híbrido.

Maldito animal.. te arrepentirás de haberme confrontado. ―Respondió el oponente.

Por un impulso Inuyasha se abalanzó sobre su oponente, solo que se quedó estético al sentir una flecha atravesar su brazo.

―No te acerques a mí jefe. ―Adivirtió quien decía ser la mano derecha del superior. ―Alejate bestia.

Inuyasha gruñó con evidente rabia. Se sacó la flecha partiendola al medio, ambos hombres miraban estupefactos al híbrido, habían oído que los monstruos con apariencia humana eran los más peligrosos, pero habían subestimado a Inuyasha al creer que por ser un niño podrían vencerlo fácilmente.

―Pagarán muy caro haberme molestado en mí caza. ―Amenazó Inuyasha.

Sin esperar respuesta clavó sus garras en sus brazos llenandolas de sangre para así lanzar sus garras de fuego contra sus contrincantes, ambos recibieron el ataque sin tener tiempo de reaccionar. Posteriormente los hombres murieron en agonía e Inuyasha se miró las manos.
Sus orejas volvieron a moverse detectando sonidos cerca, fue entonces cuando se dio cuenta de que una aldea se encontraba cerca, rápidamente se dirigió hacia ella. Se escondió en la copa de un árbol mirando a unos niños jugar, vio como la pelota escapaba rebotando de los niños y repentinamente una imagen pasó por su mente.. una pelota, él estaba persiguiendola.. Inuyasha salió de sus pensamientos y su parte infantil quiso ir a jugar, así que se acercó a los niños pero no recibió la respuesta que esperaba, en vez de jugar con ellos fue echado con insultos y sustos, "¡Una bestia!" "¡Es un monstruo! ¡Mamá!" fueron alguna de las palabras que dijeron los infantes. Los padres rápidamente actuaron y llegaron hasta ellos, alejaban a sus niños de Inuyasha quien solo estaba en silencio mirándolos.

―¡Vete de aquí! ―Habló un aldeano.
No nos gustan las bestias. ―Agregó alguien.
Sí vete, niño bestia. ―Dijo un niño quien seguía el ejemplo que sus mayores le daban.

Fue cuando nuevamente la imagen apareció en su mente de nuevo. Estaba él rodeado de gente con la pelota en sus manos, alguien la lanzó lejos por un puente y lo llamaron "niño bestia".

―¿Niño bestia? ―Preguntó desconcertado Inuyasha.

Su recuerdo siguió. Él corría hacia una mujer pero no podía escuchar su nombre, "****.. ¿qué es bestia?" la mujer lloraba, pero, ¿quien era ella? ¿Por qué lloraba? Esas preguntan pasaban por la mente de Inuyasha.

 ¿qué es bestia?" la mujer lloraba, pero, ¿quien era ella? ¿Por qué lloraba? Esas preguntan pasaban por la mente de Inuyasha

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