Esta historia va sobre dos mejores amigos que el fútbol los une, que están a punto de dar un paso más en su amistad, que creen que todo va perfecto para ellos. Pero algo sucede. El destino es demasiado cruel cuando ve que las cosas van bien, cuando...
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Marc:
Durante la mañana había estado pensando en Dareck todo el día, había intentado distraerme, pero no pude. Tenía que contarle sobre la oportunidad que el equipo Hereford me estaba ofreciendo, pero ni siquiera sabía si aceptar o no.
Era mi sueño, pero eso significaba estar lejos de Dareck, de mi padre, de Lucas, de Abril, de la familia de Dareck. De pronto saldría de mi zona de confort y eso me daba miedo, ¿quedarme con los que quiero o seguir mis sueños? ¿Podré con ambas?
Durante la tarde, lo miré fijamente a los ojos y solo quería decirle la verdad, pero tenía miedo e inseguridad, no sabía si iba a dejarlo o no iba a hacerlo.
—¿Qué te pasa? —preguntó Dareck, con su cabello rubio despeinado apuntando hacia todas partes.
—Nada, ¿por qué? —me acerqué a él con una sonrisa coqueta solo para distraerlo.
—Te ves... distraído.
—Me distraes —le dije.
Y no mentía, si me distraía su cabello, sus ojos, su forma de reír, su forma de hablar y hasta la forma en la que jugaba con el balón.
—¿Vienes mañana a mi casa? —Ahora era él el que se acercaba de forma coqueta.
—Depende, ¿para qué? —puse mi mano encima de la suya y no pude evitar sentir ese cosquilleo en mi piel, aunque al instante por mi mente pasó la idea de dejarlo e irme a cumplir mis sueños, pero esa no era la forma en la que yo quería hacerlo, yo quería que Dareck supiera a dónde iba y que podríamos seguir con lo nuestro, porque si podíamos, ¿no?
—Para ver una película —pasó su mano encima de la mía y comenzó a acariciarla distraídamente.
—¿Solos? —pregunté y de pronto sentí un golpe en el rostro y escuché a Dareck reír.
Miré hacia todas partes para ver quien había sido el del balonazo. Vi a Carlos, esconderse detrás de Álvaro creyendo que no lo vería.
Esa noche regresé con un montón de preguntas en mi mente, un balonazo en la cara por parte de Carlos y claro, también un poco caliente por las palabras de Dareck. ¿En qué momento me había enamorado de mi mejor amigo? ¿Cómo no lo noté antes?
Tal vez siempre lo quise, tal vez mis celos al verlo ser feliz con otro amigo suyo no eran normales o cosas de mejores amigos, pero jamás se lo había dicho, porque viví engañándome de que éramos mejores amigos y luego de la muerte de mi madre dejé de tomarle importancia a eso, aunque por un tiempo regresé a sentir lo mismo decidí ignorarlo, porque creí no ser entendido, pero era verdad que Dareck siempre había estado ahí para mi.
Ya había pasado una semana de la propuesta del señor Toronto y aún no tenía respuesta. Estas oportunidades no se tienen nunca y tal vez sea un poco torpe dejar a Dareck, pero estaba seguro de que si se lo decía, él lo aceptaría.
