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Lefiya Viridis

Caminaba por las bulliciosas calles de Orario, el eco de mis propios pasos se perdía entre el murmullo de la multitud y los vendedores que ofrecían sus mercancías a voz en grito.

Mi mente divagaba por caminos tortuosos mientras reflexionaba sobre la relación de Bell Cranell y Aiz Wallenstein. Hace no mucho , ambos eran novios, una idea que, debo admitir, me resultaba a la vez sorprendente  y perturbadora.

¿Cómo habíamos llegado a este punto?

Había compartido  aventuras con ese humano , habíamos luchado juntos y, en el proceso, había descubierto una conexión especial .... pero pero ...

Pero el destino parecía empeñado en mantenernos separados, como si estuviera decidido a negarnos la oportunidad de estar juntos.

Mis pies me llevaron por calles estrechas y plazas llenas de vida, pero mi mente seguía perdida en un mar de pensamientos.

Aiz era una mujer increíble, fuerte y valiente, y verla feliz al lado de Bell era, en teoría, algo que debería alegrarme. Sin embargo, esa alegría se mezclaba con una sensación de desazón que no podía ignorar.

Entonces, doblé una esquina y lo vi. Aiz Wallenstein, junto a un hombre que no reconocía de inmediato.

Mi corazón dio un vuelco en mi pecho. En este fanfic, Aiz estaba en una relación con Bell, pero allí estaba, compartiendo risas y miradas cómplices con otro hombre.

Mis ojos se fijaron en ellos desde la distancia, incapaces de apartar la mirada. Aiz parecía radiante, más feliz de lo que la había visto en mucho tiempo. Esa alegría que emanaba de ella era tanto reconfortante como dolorosa.

Mis emociones se agolparon en mi pecho: celos, confusión y un atisbo de tristeza. Me preguntaba si acaso había alguna posibilidad de que Bell y yo pudiéramos tener una relación como la que Aiz tenía con ese hombre.

No podía quedarme allí, mirando desde la distancia. Tenía que tomar una decisión. Si Aiz había encontrado la felicidad con alguien más, entonces yo no podía quedarme atrás. No podía seguir aferrándome a algo que quizás nunca había sido mío.

Tenía que encontrar mi propio camino hacia la felicidad en esta ciudad llena de secretos y sorpresas.

Decidí seguir a Aiz y al hombre desconocido, manteniendo una distancia segura para no ser descubierta. Observaría desde las sombras, tratando de comprender la dinámica entre ellos, mientras el sol se ocultaba en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos cálidos. Mi determinación crecía a medida que avanzaba en mi sigilosa vigilancia, lista para enfrentar lo que el destino tuviera reservado para mí.

Mis Historias Cortas De DanmachiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora