Final Feliz

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Era de madrugada cuando Max se despertó bostezando y estirándose perezosamente, el sol todavía estaba bajo en el cielo y algunos rayos se asomaban a través de las cortinas, alcanzando el diamantes en su orejas y haciéndolo brillar. Sergio ya estaba despierto, tecleando en su computadora portátil, sonriendo rodó boca abajo en su gran cama. "Buenos días" dijo en voz baja, y Sergio miró por encima del hombro, sorprendido.

"¿Que estas haciendo despierto tan temprano?" Preguntó Sergio, girándose en su silla.

"No estabas conmigo papi. ¿Quieres desayunar?" preguntó, saliendo de la cama y caminando desnudo hacia Sergio. "Te haré algo si tienes hambre".

"Tengo que terminar mi trabajo" dijo en voz baja y Max negó con la cabeza.

"No deberías trabajar cuando tienes hambre. Dime qué quieres y lo prepararé" dijo acariciando el cabello de Sergio. "Ya conoces mi política cuando se trata de mi marido: pelotas vacías, barriga llena".

Sergio se rió suavemente. "Sí créeme que estoy muy familiarizado con tu política, prometo que comeré en un rato hermoso, solo necesito terminar esto primero" dijo, señalando su computadora portátil mientras sus ojos recorrían la increíble forma desnuda de Max, el menor hizo un puchero a forma de respuesta, pasando su mano tentadoramente por su propio pecho, el brazalete de diamantes que Sergio le compró brillando en su muñeca.

"Pórtate bien." Ordenó Sergio ya con voz grave.

Max siguió haciendo pucheros. "Has estado trabajando demasiado duro últimamente casi no has pasado tiempo conmigo" recriminó ya enfadado, separando las rodillas de Sergio y colocándose entre ellas. "Anoche te levantaste de la cama tan pronto como terminaste de follarme y tenía frío sin ti".

Sergio deslizó sus brazos alrededor de la cintura de Max y besó su pecho en tono de disculpa. "Lo sé cariño pero ahora tengo muchas más responsabilidad desde que Christian murió" explicó, mirando al hombre más joven.

Max tenía razón, lo había estado descuidando un poco pero todo había sido muy agitado en el año transcurrido desde que Christian falleció - la muerte del anciano había sido muy repentina, provocada por una enfermedad misteriosa que ninguno de los médicos pudo identificar - y desde que regresaron de su luna de miel Sergio no había tenido mucho tiempo para mimar a Max. Pronto tendría que llevarlo de vacaciones, tal vez a Tulum, a Max le encantaba Tulum.

"Lo sé" dijo Max suavemente, levantando la mano izquierda de Sergio para besar sus dedos. "Simplemente extraño a mi marido".

"¿Qué tal si me tomo mañana libre, hm? Pasaremos el día juntos y puedo darte el regalo que te compré..." se detuvo, mirando sus manos entrelazadas, sonriendo al ver sus anillos de boda - su sencillo de oro blanco, el platino de Max y con incrustaciones de raros diamantes azules.

El rostro de Max se iluminó. "¿Regalo? Mm, ¿estás seguro de que no puedes tomar un breve descanso de tu trabajo?" preguntó, hundiéndose de rodillas entre las piernas abiertas de Sergio.

Sergio fingió considerarlo. "Está bien, sólo un breve descanso" dijo Sergio mientras se recostaba en su silla y ponía las manos detrás de su cabeza.

"Te amo papi" murmuró dulcemente Max, mirando a su marido y frotando el bulto entre sus piernas.

"Yo también te amo Maxi" dijo Sergio suavemente, viendo como Max desabrochaba el botón de su pantalón y bajaba la cremallera lentamente. "¿Qué haría yo sin ti?"

"Nunca tendrás que preocuparte por eso, porque como dije..." comenzó y Sergio suspiró de satisfacción al sentir el cálido aliento de Max en su miembro antes de ser envuelto en esos labios rosas.

"Siempre te cuidaré".

FIN.

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Otra historia finalizada, espero les haya gustado!

Nos vemos en la siguiente historia ♥️

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