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En el cielo, donde la luz etérea y la música celestial se entrelazan en un abrazo cósmico, los ángeles querubines se entregan a una alegría inigualable

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En el cielo, donde la luz etérea y la música celestial se entrelazan en un abrazo cósmico, los ángeles querubines se entregan a una alegría inigualable. Son seres radiantes y juguetones, y su diversión es tan pura como su esencia misma. Los querubines, con sus alas de plumas blancas que resplandecen con la luz dorada, se congregan en campos de nubes esponjosas y suaves. Ríen y juegan como niños, creando melodías con sus risas que llenan el cielo de armonía. Sus risas son como campanas de cristal que se elevan en el aire, llenando el universo con su belleza.

Algunos de ellos juegan a las escondidas, desvaneciéndose detrás de las nubes y emergiendo en destellos de luz dorada. Otros danzan en círculos, sus movimientos gráciles y fluidos creando patrones de luz y sombra que pintan el firmamento. Las estrellas en el cielo se unen a su danza, parpadeando en respuesta a su alegría.

Lástima que había un angelito cuya curiosidad de gato pudo más las que las reglas inscritas de su padre, el creador. Este ángel, con alas de marfil y una luminosa corona dorada, había escuchado hablar de los demonios que habitaban en las profundidades de la oscuridad, se sentía intrigado por su misteriosa existencia. Desde su posición en los cielos, el ángel observaba con asombro el abismo que separaba su reino de los dominios infernales. Aquella curiosidad, aunque inusual entre los ángeles, no conocía límites.

Desde ahí su primer error.

Levitando sobre las nubes un día, se le ocurrió mirar hacia abajo, observo la creación de su padre viviendo con normalidad, nada nuevo, bajo determinadamente hasta su lugar favorito, el edén, ya sabía la historia de este, padre la había contado a él y a sus hermanitos que solo escucharon despavoridos, para él fue el inicio de esa sensación de curiosidad que se planto dentro de él. Ese demonio antes ángel que había logrado engañar al hombre, él no era eso, pero era una creación de Dios igualmente, se preguntaba el cómo lo hizo. Y si también podía caer en esa tentación si se topaba con uno de esos.

Se alzó del monte donde se había recostado y en el camino recorto un pedazo de liana que usó para atar su melena, para ver su reflejo uso la laguna, reflejo de la pureza y la serenidad del paraíso, sus aguas parecían fundirse con el cielo, la primera vez que se vio paso horas admirándose, recogió su cabello y lo adorno con una dalia en azul, su color favorito. Extendió sus manos y tocó la superficie del agua, ondulaciones se formaron a su alrededor, lentamente, se sumergió en las aguas, permitiendo que la laguna acogiera su forma con ternura. Las aguas de la laguna acariciaron su piel con una caricia que era a la vez refrescante y reconfortante, cerró los ojos y se dejó llevar por la sensación de purificación y renovación que fluía a través de él. Mientras se bañaba, los rayos del sol danzaban sobre su figura, creando un espectáculo de luces y sombras.


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A veces planeaba por la tierra, le parecía particularmente divertido observar el caos de la "divina creación de Dios", u otras veces sembrar el desorden en la superficie de la Tierra, en su defensa, no tenía que hacer mucho para que estos colapsaran de sus propias cabezas. No era su culpa que fueran creaciones estúpidas y vacías. A menudo se hacía de cuerpos de mortales para engañar mujeres tontas, estafar hombres codiciosos y crédulos. O simplemente amedrentar con su viva imagen.

Se desplaza hasta el edén, no solía ir mucho por ahí, el último reducto de la pureza en el universo. Llegó al Edén en el atardecer, pero merodeo por ahí hasta la noche estrellada, ocultándose entre las sombras. El Edén resplandecía con su esplendor eterno, lleno de vida y armonía. Los jardines frondosos y las aguas cristalinas parecían imposiblemente hermosos. Se sentía como un intruso en este paraíso.

Mientras exploraba el Edén en busca de algo interesante, se topó con una laguna resplandeciente en medio de un claro. La laguna estaba iluminada por la luz de la luna, creando una escena mágica. Pero lo que más llamó su atención fue la visión de un ángel bañándose en sus aguas cristalinas.

El ángel era una criatura de belleza indescriptible, con alas doradas y cabellos brillantes. La luz de la luna bailaba sobre su piel, dándole un brillo celestial. Sus ojos estaban cerrados mientras disfrutaba de la pureza y la tranquilidad del momento. Cada vez que el ángel tocaba el agua, esta parecía responder con destellos de luz y un brillo celestial, como si el propio paraíso estuviera reaccionando a su toque. Se movía relajadamente recogiendo agua y salpicándola sutilmente sobre su pecho, no desnudo, revestido con una tela blanca empapada que se adhería a su piel, el agua lo cubría hasta la cintura, su figura comenzaba con una delicada y esbelta cintura que se curvaba suavemente, como una sinuosa corriente de agua que fluye con elegancia. No observo hasta ahí, la criatura se alzó, poniéndose de pie y dejando escurrir su túnica, descubriendo sus curvas que se ensanchaban en las caderas, formando una exquisita curvatura desde sus hombros anchos. Suavemente se inclinó para empezar a remangar la túnica. Los muslos del ángel eran firmes, evocando un sentido de fuerza y feminidad al mismo tiempo a pesar de que su rostro era más de un jovencito.

Sintió una mezcla de lujuria y maldad al ver al ángel en su estado de pureza. Se acercó sigilosamente a la laguna, con la intención de perturbar la paz del ángel, el ángel, ajeno a la presencia del demonio, continuaba su baño, con una expresión de serenidad en su rostro.

Consumido por la lujuria, no podía apartar la mirada. Sus pensamientos se llenaron de deseos oscuros y perversos, anhelando corromper la pureza que tenía frente a él. Susurros de tentación y malicia se arremolinaban en su mente mientras contemplaba al ángel, imaginando la caída de aquel ser luminoso hacia la oscuridad de su propio abismo. De todos modos, ¿qué hacia un ángel dando un espectáculo como ese? No era como ninguno que ya haya visto, sintió como su parte inferior se empezaba a endurecer.


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A medida que el tiempo pasaba, comenzó a sentir una inquietante sensación de que no estaba solo.

Una mirada fija y hambrienta de un demonio finalmente atrapó su atención. Sus ojos se encontraron en un instante, sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras el oscuro deseo del demonio lo envolvía como una niebla oscura. Con una expresión de terror en su rostro, se dio cuenta de que estaba siendo observado por un ser de la oscuridad. Tembló y sintió sus piernas flaquear cuando la mirada semblante del demonio cambio y en su lugar una sonrisa macabra se instaló, lleno de miedo y angustia, salió apresuradamente del agua, sus alas de plumas blancas batiendo con urgencia. El agua goteaba de su cuerpo resplandeciente mientras corría hacia la seguridad de la luz celestial, escapando del demonio que lo acechaba.

El demonio hizo un intento por perseguir al ángel, pero algo lo detuvo, vio al ángel alejarse.

El ángel, tembloroso pero ileso, llegó a un lugar donde la luz celestial lo envolvió y lo protegió de las sombras del demonio. Se arrodilló y comenzó a orar, buscando la protección y la guía divina para enfrentar la experiencia aterradora que había vivido.

 Se arrodilló y comenzó a orar, buscando la protección y la guía divina para enfrentar la experiencia aterradora que había vivido

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(in)pure ━ sungwon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora