Alejandro:
Habían pasado ya dos meses desde que recuperamos a nuestros bebés. Estábamos felices. Yo, especialmente. Pero todo cambió...
Una mañana, me levanté para hacer el desayuno, pero antes decidí ver a mis hijos.
Cuando los ví casi me da un infarto. Mis bebé, con dos meses de nacidos, muertos, uno sin ojos, otro con el estómago abierto y las tripas afuera, mutilados y mal tratados.
- ¡No! - grité -. ¡No es posible!
Agustín se levantó.
-¿Qué pas...- Se llevó las manos a la boca al ver la cuna.
Se tiró de rodillas y lloró histéricamente. Intenté calmarlo, pero no pude. Yo tampoco pude calmarme a mi mismo. Mia, que había escuchado los llantos, entró en la habitación. Cuando vio la cuna, se quedó en shock. Corrió hacia Agus para abrazarlo.
-¡Alguien los mató!
Al parecer, Agustín no había entendido quien fue. Pero yo sí. Mary. Me levanté, y tomé mi hacha.
- ¿A donde vas?- Preguntó Mia.
-Tengo algo pendiente. - Le contesté, fríamente.
Estuve treinta minutos buscándola por la calle cuando la encontré. No me importó que haya habido gente, no me importó que llamaran a la policía, yo seguía dándole hachazos. Tampoco me importó que tres días antes del juicio, vinieran a visitarme Mia y Agustín.
- ¿Cómo estás?
- Mal.
- Oye...
-¿Qué, Agustín?
- Si te condenan a muerte, solo por las dudas...
-¿Qué?
- Tú...- Hizo una pausa, conteniendo las lágrimas.- ¿Me amas?
Le sonreí y me acerqué a el.
- Si, te amo. - Le dí un pequeño beso, de esos que le gustan a el. Sonrió y cayó en mis brazos, desmayado.
Cuando Mia se fue en la ambulancia acompañando a Agus, simplemente lloré. Tenía muchas razones... Todos tenemos por lo menos una razón para llorar, sea seria o estúpida.
Dos días después, Mia vino sola, sin Agus. Temí lo peor.
- Hola, tío... Querés saber donde está Agustín, ¿no? - Asentí .- El... Falleció de un infarto.
Las lágrimas salieron por mis ojos. Mia me abrazó también llorando.
Al siguiente día, el juez me declaró culpable, aunque le dije que mató a mis hijos, el asesinato aún así es ilegal...
Tres días después, me llevaron a la silla eléctrica,no me importó, solo quería verlos otra vez...
Mia:
Que suerte tenés, lector, vos podés viajar entre los capítulos y volverlos a ver... Si vuelves, salúdalos por mi, ¿Sí?
Fin
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¿Me Amas? (Yaoi/Gay)
RomansaAlejandro, un millonario solitario de 35 años, quiere divertirse un poco con un prostituto. De todos los que hay, elige a Agustín. Un prostituto de 10 años menos que el, además de ser virgen.