Sin parar el destino: leyendo el alma dividida -COMPLETO-

Capítulo 11: El juramento de un líder

Descargo de responsabilidad: no soy dueño de Percy Jackson y los Olympians o la serie Heroes of Olympus.

Historia: No detener el destino: leer el alma dividida

Capítulo 11: El juramento de un líder

POV en tercera persona

Monte Olimpo – Sala del Trono – Un año antes del Lightning Thief

"Volver a Castra Semideus", dijo Apolo antes de comenzar a leer.

Scipio solo había dormido unas horas después de que terminó su conversación con Reyna. Todavía era temprano en la mañana cuando salió de su tienda. Estaba vestido con la familiar camisa romana morada con sus pantalones cortos negros. No llevaba zapatos, pero llevaba su anillo de plata y un collar de oro imperial con un encanto en forma de gladius romano colgando de él. También llevaba su pulsera dorada. El sol de la mañana apenas estaba en el horizonte mientras miraba alrededor del campamento. Algunos campistas estaban despiertos, pero la mayoría todavía dormía.

"Seaweed Brain nunca se levanta tan temprano", dijo Annabeth.

"Este es Scipio, no lo hacemos como es", recordó Thalia.

Annabeth miró hacia abajo tristemente. "Es difícil no pensar en Percy", admitió Annabeth. Athena y Thalia la miraron tristemente.

Scipio comenzó a correr por el campamento. Ignoró las curiosas miradas de los campistas cuando los pasó. Pasó corriendo a Lupa, que solo miraba al Cónsul de Roma mientras corría junto a ella.

Annabeth solo miró el suelo abatidamente. Percy no trotó; nadaría para su ejercicio.

Esta fue una mañana normal para los cliens de Marte, excepto por sus deberes como cónsul. Scipio entrenaba duro todos los días, pero hoy también supervisó los preparativos para la guerra. Los romanos quedaron impresionados por su dedicación a entrenarse a sí mismo y a los Cohortes. Pasó toda la mañana y la tarde entrenando con los guerreros de Roma. Les enseñó nuevas técnicas de batalla y su conocimiento del enemigo.

"Impresionante", dijo Jason.

Marte sonrió a la descripción.

Era casi media tarde cuando Lupa encontró al hijo de Neptuno en la playa, practicando un estilo de lucha inusual. El estilo era claramente una mezcla de artes marciales y entrenamiento militar en defensa propia. El hijo de Neptuno se deslizó por la arena mientras realizaba varias maniobras diferentes en rápida sucesión. Una vez que completó su entrenamiento, el Cónsul de Roma se sentó con las piernas cruzadas en la arena en algún tipo de trance.

"Qué técnica es esa?" Athena preguntó.

Marte sonrió. "Es un estilo de entrenamiento militar; uno que inventé para uso de los equipos de las Fuerzas Especiales", explicó.

Lupa se acercó a Scipio en silencio, tratando de evaluar las habilidades del guerrero. Se las arregló para acercarse a una corta distancia del semidiós, solo para que se moviera a la velocidad del rayo. Los pies del lobo fueron derribados debajo de ella cuando Scipio cayó sobre ella con los dedos agarrados alrededor de la garganta peluda del lobo. La mano derecha de Scipio estaba sostenida en el aire lista para asestar un golpe mortal al cráneo del lobo.

La habitación estaba mortalmente silenciosa. Todos, excepto Marte, miraron el libro cuando Apolo terminó de leer el pasaje.

"Una técnica de emboscada perfecta", declaró Marte.

Lupa acaba de mirar al semidiós sorprendido. Sus movimientos fueron tan rápidos y fluidos que incluso los reflejos del lobo inmortal no eran rival para él. Scipio la miró con los ojos abiertos por un momento antes de liberar rápidamente a su compañero Cónsul. Scipio se puso de pie y observó cómo el viejo lobo se elevaba sobre sus cuatro patas. Ella sacudió el dolor de su garganta magullada.