Richard se despertó con una intensa migraña y, en general, todo su cuerpo estaba exhausto, ya que había ingerido una cantidad de alcohol la noche anterior; además, lloró en exceso, provocando que sus ojos se sintieran hinchados, cansados y adoloridos.
Su cuerpo entero parecía pesarle, y no encontraba la motivación para salir de la cama. Aún se veía afectado por la horrenda pesadilla que experimentó el día anterior. Para su desgracia, su mente continuaba recordándosela mientras dormía. A pesar de haber descansado, no había experimentado ni un respiro de alivio de aquel chico pelirrojo al que no quería volver a ver en su vida.
Al recordarlo, soltó un suspiro profundo; estaba agotado de hacerlo.
Apartó las sábanas que lo envolvían desde la cabeza hasta los pies, y en ese instante, sintió como la luz del sol le golpeaba brutalmente en la cara. Cerró los ojos de inmediato y se cubrió de nuevo con las sábanas, quejándose en el proceso, pues escuchaba como alguien caminaba por su habitación.
—Joven Richard. —Escuchó esa voz, tan familiar y agradable a la vez, que lo llamaba. Respondió con un simple: "hmm", permaneciendo oculto mientras el mayordomo se sentaba con delicadeza en la cama—. Como bien sabe, hay reglas en esta casa: nadie puede encerrarse en su habitación —comentó el mayor tratando de destapar al chico, el cual no se dejó, y soltó un ofuscado suspiro.
«Estúpido Jason y sus berrinches», pensó haciendo una mueca de disgusto, ya que, de no ser por la personalidad pleitista de su hermanito, su padre no hubiera ideado esa regla tan brillante.
—Si usted desea contarme su malestar, estoy aquí para escucharlo, o puede hablar con alguno de sus hermanos —comentó nuevamente el mayor, pero el chico no respondió, de ninguna manera, esta vez—. El desayuno ya está servido; lo espero abajo con sus hermanos. —Suspiró.
Richard, aún bajo las sábanas, al escuchar las palabras de Alfred, llevó una de sus manos a su estómago sintiendo como rugía; tenía hambre, eso era cierto.
—¿Ya despertó? —preguntó repentinamente Tim, que estaba apoyado en el marco de la puerta de la habitación, con una tostada en la mano; pues se había levantado de la mesa del comedor, a pesar de que Alfred le había dicho que se quedara a desayunar, cuando vio que el mayordomo fue a despertar a su hermano.
—Sí... —respondió desganado Dick, aún oculto en su cama.
—Los dejo solos... —habló el mayor mientras se levantaba de la cama. Al pasar junto a Tim, le arrebató audazmente la tostada, que tenía el joven en sus manos, reemplazándola por una servilleta para que se limpiara las migajas del rostro—. La mesa es el lugar destinado para comer, joven Timothy —advirtió antes de retirarse definitivamente de la habitación.
—Perdón... —respondió en voz baja, mientras entraba a la habitación de su hermano. Con cautela, caminó hasta las ventanas para tomar una de las cortinas y cerrarlas, un poco, para que la luz no le esté molestando a su hermano.
—Gracias —comentó el mayor quitándose las sábanas de encima de manera brusca.
Se quedó un momento mirando al techo de su habitación, pensando en que quería morir en ese instante; pero al girarse hacia su izquierda, encontró a su hermanito Tim observándolo con expectación; podía notar la expresión de preocupación e intriga en su rostro.
Richard suspiró para sus adentros y, con cuidado, se sentó en su cama, siendo ayudado por su hermanito.
Se frotó los ojos, ya que había llorado bastante durante la madrugada, y notó cómo el hermano menor se acomodaba en el borde de la cama. Apartó las manos de su rostro y, con una expresión más calmada en ese momento, dirigió la mirada hacia Tim, consciente de que el menor deseaba entablar una conversación con él, algo que le resultaba evidente.
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Stupid things I do for you | BirdFlash | Pausada
FanficPausada Richard Wayne, heredero de la poderosa familia Wayne, y Wally West, un chico astuto de la ciudad, inician su historia con una relación marcada por desacuerdos y rivalidades. Sin embargo, el destino tiene sus propios planes cuando un giro ine...