El camino del mal

Exámenes Chunin

El lugar donde rendiríamos el examen estaba repleto de ninjas de las distintas aldeas, del alguna forma terminamos en una esquina junto a los otros dos grupos recién graduados de la academia. Hinata parece ajena a todos nosotros, con indiferencia esta apoyada contra la pared de brazos cruzados.
En un momento entran unos sujetos que llaman mi atención. Parecen ser de la aldea de la arena por el símbolo que llevan.

—ese tipo de cabello rojo se ve aterrador —comenta Ino.

No son comunes y corrientes, sobre todo el de cabello rojo. Hinata de repente deja caer los brazos y parece sorprendida, sigo la dirección de su mirada. Un chico de nuestra edad acaba de entrar, tiene el cabello oscuro y ojos castaños, no creo haberlo visto antes. Usa un traje negro con una capa, lleva el símbolo de la aldea del sonido atado al brazo.

—parece que no será nada fácil —dice Kiba. Todos se han quedado mirando al chico misterioso y asienten estando de acuerdo.

Naruto

Es extraño volver, estar aquí y ver a mis antiguos compañeros. Llego al lado de Kabuto y Kin sintiendo las miradas puestas en mi. Puede que hayan crecido tanto en tamaño como en fuerza pero ya probaremos si el entrenamiento ha rendido frutos. Sonrío con solo pensarlo.

—Menma —me llama Kabuto con el estupido nombre que me designaron para la misión.

—¿si?

—¿recuerdas a alguno de ellos?

—muy vagamente —miento. En tono cortante.

Asiente sin preguntar nada más, sabe que si indaga más en el tema podría molestarme y nadie aquí quiere eso.
Pero respeta como me he sentido al llegar aquí, no puedo evitar sentir rabia por las personas que me trataron tan mal, el lugar donde fui despreciado. Desde lo más profundo nacen los deseos de destruir todo.
Se que ha dejado de ponerme atención pero sigo sintiendo un par de ojos sobre mi, cuando volteo me percato de que es una chica del clan Hyuga.

Sasuke

Gracias a Sai que uso su técnica para lograr copiar estábamos logrando pasar el examen escrito pero resulta que al final todo fue para presionarnos mentalmente. El bosque si es una prueba real, creí que conseguir el pergamino seria más difícil pero un grupo fue atacado por una especie de animal y logramos obtener el que faltaba. Ahora caminamos hacia el lugar de encuentro.

Una presencia hace que me ponga en alerta y levanto la vista para ver a tres ninjas sobre un árbol.

—¿quienes son? —Sakura tiembla y aprieta el pergamino contra su pecho.

No necesito que se asuste en estos momentos, eso nos pondrá en desventaja.

—tienes algo que me interesa —Dice con voz fría.

Cuando sale de las sombras lo reconozco, es el chico de cabello negro que llamo la atención de Hinata.

—¡Aléjate! —grito poniéndome frente a Sakura.

Salta del árbol aterrizando frente a nosotros obligándonos a retroceder. Cuando fija sus ojos en nosotros son rojos de una forma casi bestial y cuando sonríe muestra unos colmillos. Mi corazón comienza a latir más rápido, siento las palmas de mis manos sudar.
Sai es el único que logra moverse sacando el pergamino junto al pincel. Pero un Kunai cae en medio del papel y explota haciéndolo volar en mil pedazos.

—¿dibujando en un momento como este? —se burla el tipo que lanzo el arma. Sonríe de lado acomodándose las gafas.

El de los ojos rojos da un paso hacia nosotros y volvemos a retroceder.

—Ríndete niño, antes de que te arrepientas

No puedo dejar que nos quiten el pergamino, debo dejar de tener miedo, de lo contrario, nunca podré superar a mi hermano. Empuño la mano y me lanzo contra él pero me detiene con una fuerza que no esperaba. En un segundo solo puedo sentir dolor, vuelo hasta chocar contra un árbol mientras Sakura grita mi nombre.
Trato de levantarme pero no puedo.

—Dámelo linda —le dice extendiendo su mano hacia Sakura.

Tiembla y me dirige una mirada antes de entregárselo. El chico sonríe con satisfacción y cuando se da la vuelta se encuentra con un león gigante n blanco y negro, es de Sai. Suspiro con alivio.

—¿es en serio? —no parece ni un poco asustado.

Desenvaina la espada que lleva en la espalda y corta el monstruo haciendo salpicar la tinta. Sai esta paralizado, debe haber agotado sus técnicas. Pero noto que el filo de la espada tiene un leve resplandor naranjo que se apaga cuando vuelve a guardarla.
Me levanto con una punzada en el brazo pero no puedo dejar que se lo lleve.

—devuélveme eso —exijo. La voz sale débil, no es lo que esperaba.

—¿eres un Uchiha? —pregunta sonriendo de lado.

—¿por que? —le devuelvo la sonrisa desafiante— ¿nos temes?

—No me hagas reír —suelta una carcajada— ¿como podría temerle a un Uchiha que no ha despertado el Sharingan?

Esas palabras calan hondo porque es algo que me ha sobrellevado durante mucho tiempo, he querido saber el secreto, algún entrenamiento que me ayude a conseguirlo pero nada funciona. Tiemblo y aprieto la mandíbula. Quiero responderle pero no se me ocurre nada.
Luego desaparece con sus compañeros entremedio de los arboles.
Un nudo me aprieta la garganta de la impotencia.