Naruto: El Imperio de HYDRA

Capítulo 8

La vida en Genosha era pacífica. Mutantes de todas las edades caminaban por las calles sin preocupaciones, sin el miedo a sr acosados, perseguidos o cazados como simples animales. Antaño, la isla fue un lugar donde aquellos con el Gen-X eran utilizados como esclavos, simples herramientas de los habitantes de la isla, llegando al punto de adoctrinar a los mutantes del lugar para que no opusieran resistencia a su propio cautiverio convirtiéndolos en simples marionetas que no podrían opinar por sí mismos en ningún momento.

Finalmente, Genosha fue liberada de los dictadores y los mutantes fueron liberados del control de sus captores, formando así la primera guerra civil de la isla; guerra que finalizó con la muerte del último de los gobernantes de la isla que no fuera mutante, pasando su control completo a la Hermandad de Mutantes, el grupo liderado por Magneto y sus hijos.

Actualmente Genosha había crecido y se convirtió en uno de los países ajenos al Régimen (junto a Wakanda, Latveria, Krakoa y Symkaria) que podía mantenerse sin la ayuda extranjera. Los mutantes de la isla trabajaban para mantener todo lo que tenían en Genosha. Alguno mutantes actuaban como policías, otros eran parte del ejército de la isla o simplemente trabajaban en trabajos ordinarios como tendero, lo que daba un aspecto más humano al lugar.

La seguridad de la isla estaba implementada para conocer cualquier amenaza del exterior. Cuando Magneto destruyó finalmente a los Magistrados y sus líderes, el viejo mutante decidió proteger a todos los mutantes dentro de Genosha e impedir cualquier invasión por parte de sus enemigos, tomando precauciones con cada mutante que llegara a las costas de la isla, colocando a este en un periodo de "cuarentena" hasta verificar que no estaba siendo controlado o que era una amenaza para la seguridad de Genosha.

Krakoa era la segunda nación mutante del mundo, colocando a Genosha en una posición inferior a la liderad por el profesor Charles Xavier, quien trabajaba juntamente con el Régimen para la protección de toda su raza y para mantener la paz en el mundo, algo que Magneto no veía con buenos ojos. Xavier estaba colocando una correa sobre su cuello y estaba dejando que personas como Arnim Zola la apretaran para controlarlo como un simple animal.

Contrario a Krakoa, Genosha no se había constituido como una nación mutante ni había abierto sus fronteras cuando el Régimen lo reconoció como un país independiente. Mantuvo completamente el perfil bajo, moviéndose lo justo para evitar ser el centro de atención, pero manteniendo una relación cordial con los dirigentes del Régimen y con su hermana Krakoa.

Al menos, eso era lo que veía la gente del exterior. Dentro de las fronteras de Genosha y aunque no había inducido ni controlado a nadie para creerle, Magneto siempre rechazó la idea de trabajar con el Régimen y con Krakoa, viendo a ambos como sus enemigos potenciales y teniendo sus ojos puestos en la Casa Blanca, lugar desde donde Zola controlaba todo para hacer mover el Régimen y su Departamento Científico de Hydra, una de las partes más importantes del gobierno actual y a la cual le daban demasiada manga ancha.

Los mutantes que vivían en la isla, aceptaron esto sin dudar de su salvador, de la persona que los había acogido y los había liberado del yugo de sus familias o del gobierno. En ningún momento ellos se sintieron presionados y todos (niños, jóvenes y adultos) estaban dispuestos a dar un voto de confianza a su gobernador, decidiendo creer en él y no en los que podrían dañar su hogar.

Dentro del mundo actual, Genosha parecía el paraíso. Animales y mutantes vivían en armonía sin conflicto alguno por el territorio. Genosha misma no veía la necesidad de expandirse y tomar el control de las fronteras vecinas, constituyendo la isla como el único sitio que realmente necesitaban y el mar alrededor como el único territorio marítimo que ellos realmente requerían, creando una paz entre ellos y los países más cercanos.