Capítulo 1

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Libro 1: El soldado

Una bandera roja ondeaba intensamente en cada una de las fachadas de los edificios de Nueva York. El cielo oscuro, casi negro, intensificaba el color rojo de aquellas banderas, de aquellos accesorios en los distintos edificios, de las pequeñas banderas que los niños agitaban animosamente ante el paso firme y coordinado de los soldados. Era un día de celebración. Era un día en el que cada persona de cualquier parte del país recordaba, incluso cuando casi habían pasado cien años de aquel día que los ganadores escribieron un nuevo capítulo en el libro que era el mundo.

Hoy era un día marcado en los calendarios de las personas de dos generaciones anteriores; un día que se marcó con la sangre de miles, de millones de personas. El final de una guerra siempre era un cambio que daba la vuelta al mundo y cambiaba el futuro de cada país, de cada persona o ser vivo consciente.

Alemania ganó la Segunda Guerra Mundial. Todo el mundo fue envuelto completamente en el III Reich y nadie pudo escapar del máximo exponente que llevó a la victoria del III Reich: la organización conocida como Hydra, liderada por las Cabezas de la Hydra, líderes del mundo entero. Cada país contaba con su representación en Hydra y este daba el informe directamente hacia el cuartel general de la organización, situado en una ubicación completamente desconocida, móvil. Nadie, salvo unos pocos privilegiados, conocían la ubicación del líder de la organización más grande del mundo actual.

Hoy se celebraba mundialmente la victoria del III Reich sobre el ejército aliado. Se celebraba la victoria de los ideales de un demente, sobre los de miles de personas que buscaban su propia libertad, su propia felicidad sin encontrarse atados por las ideologías supremacistas. Todo aquello que fuera contra el Reich había sido eliminado completamente de la historia, siendo arrancado de las futuras generaciones y dejándolo como un amargo recuerdo en las mentes de las viejas generaciones. Un mundo controlado, lleno de avances y de miedo. No era un mundo libre. Hydra sabía que no había algo como la "verdadera libertad" dentro del imperio construido por aquel hombre.

Todos los ideales, todos los planes, todo el futuro del mundo...estaba ahora en las manos de las Cabezas de Hydra, el consejo mundial que gobernaba la Tierra sin que sus manos temblaran a la hora de demostrar su punto. Ante todo, el bienestar de Hydra estaba por encima de las personas, de aquellos ajenos al Régimen.

La antigua cara que representó a Hydra durante la Segunda Guerra Mundial fue sustituida por las Cabezas de Hydra. Durante el enfrentamiento que Johann Schmidt sostuvo con Steve Rogers, el primero de los dos desapareció sin dejar rastro alguno mientras que el segundo se sacrificó para salvar al mundo de una destrucción casi segura. Acto que los miembros del Régimen recordaban con burla. El sacrificio del Capitán América quedó completamente en el olvido y su tumba fue escupida y destrozada por las personas sometidas.

El Capitán América no pudo salvar a nadie. No había héroes, no existía el "bien" que llevara a la salvación o una victoria sobre el mal real. Hydra, el Régimen, había ganado a los aliados y ahora el mundo era completamente suyo para utilizar y gobernar. Y la gente había intentado, después de casi cien años, someterse completamente al cambio del mundo, al nuevo gobierno mundial. Pero siempre habría alguien que no estaría cómodo con la situación actual, que intentaría darle la vuelta al punto negativo por el que su vida estaba pasando.

Miles, millones de personas no estaban siendo cuidadas por el Régimen. Eran esclavizadas, usadas como mano de obra gratuita para los avances de aquellos que verdaderamente estaban del lado del Régimen, por aquellos que estaban dispuesto a dar su vida por Hydra y los dirigentes del nuevo orden mundial.

Nadie, en su sano juicio, estaría dispuesto a enfrentar a todo el mundo por un poco, por una mísera pizca de la vida anterior al Régimen, a la victoria de Alemania sobre el mundo, a una época en la que las personas podían decidir sobre sus propias vidas.

Naruto: El Imperio de HYDRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora