Las campanas de la gran iglesia comienzan a sonar, después de varias semanas el nuevo rey se presentará ante su pueblo.
Hacia el gran balcón comenzaba a subir, en su cabeza yacía la corona real, la corona que su padre tuvo, su madre tuvo y sus abuelos tuvieron alguna vez.
Pero ahora era suya.(...)
-¡Cuidado! ¡Mi pierna no ha podido sanar!- Pedía cierto peliazul de apariencia sucia y descuidada, una de sus piernas podía sostenerse, sin embargo, al no haber sido cuidada la otra, se encontraba en muy mal estado, por lo que los guardias reales lo subían hacía un lugar diferente a rastras, Sebastián entre ellos.
Se dió cuenta de que lo estaban subiendo a un balcón justo de enfrente de otro, Ciel pedía que lo soltaran pero por el contrario lo sujetaron del cabello.
Se quedó sin palabras al ver a Alois Trancy, con una mirada muerta, una llamativa corona, una túnica carmesí, el Orbe y el Cetro caminar hacia la vista pública, listo para jurar soberanía, justicia y misericordia al gobernar.
Sabía que Alois también lo había visto
¿Esto es lo que había pedido ver, no?
Ver a la obsesión caminar con el poder de cientos de personas en sus manos a partir de hoy, con todo el mundo conociéndolo, sabiendo que quizás ya nada será como antes.Lo escucha jurar lo que imaginó, la gente aplaude y festeja, pero él no se ve felíz, en lo absoluto.
(...)
Pasaron días, su apariencia cada vez lucía peor, más sucia y descuidada, agradecía infinitamente a Hannah, que a medio escondidas le llevaba grandes porciones de comida.
Su pierna lucía llena de golpes o moretones por la agresividad con la que fue tratado por algunos soldados al momento de trasladarlo.
Sebastián no había venido desde hace unos cuantos días, pero algo le tenía asustado.
Si ya había pasado mucho tiempo desde que lo encerraron su juicio sería pronto.
Un juicio en el que se decidiría si iría a la horca por asesinato, moriría de hambre en una celda o si sería liberado.A medio pensamiento por fin el perdido azabache apareció.
-Se ve terrible, espero sea consciente de eso.- Se burlaba el hombre.
-Una mierda, Sebastián. Necesito que me hagas un favor.-¿Qué podrá ser?
-Necesito que le pidas, implores de ser necesario, al rey Alois para que venga.- Pedía, sosteniendo uno de los barrotes para poder sostenerse de pie.
-¿Qué es lo que hará?
-Decirle la verdad. Decirle qué sucedió con Doll.
(...)
Su petición fue cumplida, ese mismo día por la noche el Rey Alois Trancy por primera vez en ese tiempo vio al chico que lo enamoró alguna vez.
-Te vez fatal, Phantomhive.
-Desearía verme mucho más presentable.
-¿Que quieres?
-¿Qué tal el trono?
-Tuve cosas que hacer por semanas, ahora todo está normal. ¿Qué quieres?- Tenía sus manos metidas en las bolsas de su enorme saco morado. Lucía más delgado que antes pero seguía siendo igual de enano.
-Hablar sobre Doll.
-Te escucho.
-Ella iba a matarme.- Confiesa.
Pero recibió silencio.
-Hubo un día, tú la echaste del castillo mientras llovía y ella te pidió terminar de hacer una carta. Esa carta yo la leí. Esa carta era para un tal Jagger, que aparentemente era su hermano mayor o algo así, Doll decía que quería vengarse de tí, y que la mejor manera de hacerlo era asesinarme, por eso estuvo tan pegada a mí desde que llegó.- Hizo una pausa -Yo me enteré de eso un día después..
-¿Y por qué no me lo dijiste?
-Porque no quería que hicieras una locura, era mejor alejarte, cuando ella me matara, tú no sufrirías.
-Igual la hice.
-¿Por qué?
-Porque sabía que ella iba a matarte.- Revela, Ciel hace una expresión de sorpresa y Alois continúa sereno.
-Yo lo leo todo, yo lo sé todo y lo veo todo. Ella te golpeó la pierna y la carta yo la leí.
Por eso hice lo que hice.-No, no es posible.
-Te amo, Ciel, la obsesión es amor. Yo lo hice para protegerte porque de ti estoy enamorado.- Dice susurrando y se acerca lentamente al chico que estaba sentado en el suelo y extiende la mano.
-El amor es la obsesión, Alois.- Acepta la mano contraria que lo ayuda a ponerse de pie, continúa susurrando.
-¿Y me amas?-Cualquiera de las dos podría ser verdad, te amo, Alois.
-Perdóname. Me dejé llevar
-Un "perdóname" no va a devolverme el tiempo perdido y que mi pierna va a pudrirse.- Continúa, susurrando.
-Planeo compensarlo...- Dice, y da un repentino paso hacia atrás, que al peliazul le cuesta seguir, por lo que queda completamente apoyado sobre el rey. -Pero párate correctamente, me gusta cuando te vez alto.- Pide, en un susurro. Cómo puede el ojiazul se endereza y toma la barbilla del rubio.
-Perdóname, Ciel.
-Te perdono, Alois.- El plebeyo une sus labios en un beso de reconciliación.
"El perdón no lo arregla, lo no arreglado vuelve a romperse.
O quizás no."^^^^
Gracias a los que siguen leyendo
Y votando, el próximo capítulo será el último.Coman sus tres comidas y tomen agua.
-MIYEKVYA.
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Haunted
FanfictionAlois Trancy es el príncipe de un reino que no quiso gobernar, la soledad y emociones que nunca supo comprender lo consumen, lo hacen sentir en el infierno. Ciel Phantomhive es un chico humilde y amargado del reino vecino que termina coincidiendo co...