Like Cherry Coke

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Joseph y Khatte despertaron en la suave penumbra de su alcoba, envueltos en sábanas de seda que acariciaban sus cuerpos entrelazados. El alba se filtraba tímidamente por las cortinas, pintando de dorado el lienzo de su amor.

Khatte, con sus ojos aún adormilados, sintió un dolor punzante en su cuerpo. Un suspiro escapó de sus labios mientras luchaba por encontrar la fuerza para levantarse de la cama. Con delicadeza, llamó a Joseph, quien despertó de inmediato al escuchar la melodía de su voz.

Joseph, con una ternura infinita, rodeó a Khatte con sus brazos fuertes y musculosos, acunándolo como si fuese una frágil mariposa. Sus labios encontraron los de su amado, sellando un pacto de amor eterno, mientras sus manos acariciaban la piel de Khatte con suavidad.

Sin demora, Joseph llevó a Khatte en sus brazos, como un príncipe llevando a su amada princesa, hacia el baño. Allí, la bañera esperaba, rebosante de agua tibia y perfumada. Juntos, se sumergieron en ese santuario acuático, entregándose al placer de los sentidos.

El agua se deslizaba suavemente sobre sus cuerpos entrelazados, como si fuese el abrazo de un río que les susurraba susurros de amor. Las manos de Joseph se deslizaban con destreza por el cuerpo de Khatte, acariciando cada centímetro con devoción.

Las risas juguetonas llenaban el aire, mientras la espuma danzaba alrededor de ellos, creando un escenario mágico. Sus cuerpos se fundían en un abrazo apasionado, enredados en una danza de caricias y suspiros.

El tiempo se detuvo en ese instante, permitiéndoles disfrutar de la intimidad que solo ellos conocían. En ese espacio sagrado, Joseph y Khatte se entregaban el uno al otro, compartiendo un amor que desafiaba el tiempo y las convenciones.

La calidez del agua y el amor que fluía entre ellos les brindaba fuerzas renovadas. Juntos, enfrentaban los desafíos y alegrías que les deparaba la vida, sabiendo que siempre estarían allí el uno para el otro.

En esa mañana, envueltos en la sensualidad de su conexión, Joseph y Khatte encontraron en el baño una dimensión de amor y cuidado mutuo. Un lugar donde sus almas se entrelazaban, dejando atrás cualquier prejuicio o barrer.

—  ¡Hace mucho no vamos al lago! ¿Y si vamos hoy?

Murmuró Khatte con suavidad. Joseph dio un suspiro

—Podemos ir en la tarde, luego de almorzar, ¿Te parece bien, cielo?..

Khatte dio una gran sonrisa y abrazo fuertemente a Joseph, el agua se desbordó delicadamente de la bañera.

Joseph y Khatte, en la tarde, surcan los caminos en su majestuoso coche de lujo. Su destino: un idílico lago, lejos de la mirada juzgadora de aquellos que no entienden el amor en todas sus formas.

El sol resplandece en el horizonte, iluminando el camino mientras el viento acaricia sus rostros con delicadeza. La emoción se palpa en el aire, pues cada viaje juntos es una aventura que fortalece su vínculo.

El ruido del motor del coche se desvanece al llegar a una estación de servicio, un lugar donde la rutina se mezcla con la esencia de los viajeros. Khatte, con su espíritu inquieto, se adentra en la pequeña tienda para satisfacer sus deseos.

Entre los estantes repletos de tentaciones, sus ojos se detienen en una botella de coca cola cherry. La imagen de la burbujeante bebida roja, con su sabor dulce y exquisito, despierta en él una pasión incontrolable. Sin dudarlo, la toma entre sus manos, sintiendo el frío cristal contra su piel.

Pero Khatte no se detiene ahí, su gusto por lo prohibido le lleva a tomar una piruleta. Un dulce placer que, al igual que su amor, se deshace lentamente en su boca, dejando un rastro de dulzura en cada instante compartido, sin siquiera haberla pagado, ya la había abierto, dando largas lamidas  mientras caminaba por la tienda

𝑪𝒉𝒆𝒓𝒓𝒚 𝑭𝒍𝒂𝒗𝒐𝒓 { 𝐵𝐿}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora