|Fuera de rutina|

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|Una y mil veces me lamentare el que te conocí de esta forma, más no lamento el conocerte|

Cherry 🍒

«otra vez no, por favor...»

El sentimiento que no había sentido hace mucho tiempo regresa a mi cuerpo, haciendo que un escalofrío me atraviese.

Terror.

Es lo único que siento y sentí hace tan solo unos meses, cuando la primer carta llegó a mis manos, igual a cómo está sucediendo ahora mismo.

9 meses atrás....

—yo creo que Josh se merece una oportunidad. —opino Jess.

—Si, Riry, deberías aceptarle la cita. —pienso en lo que dicen mientras abrimos nuestros casilleros.

—Es que no me siento preparada para salir con alguien, quizá si vaya a su fiesta, pero aún no es algo seguro. —tomo los cuadernos que me llevaré a casa, un sobre cae a mis pies.

—Que es eso? —pregunta ambas al ver lo que tengo en manos.

—No... sé, pero se siente pesado. —lo observó extrañada, es negro y mitad blanco, grueso, no como una libreta, pero si lo suficiente para saber que no contiene una simple hoja.

—Bueno, te dejamos, si no llegamos al entrenamiento la profesora nos mandara a dirección. —asiento y las dos se van por el camino que guía a la cancha de fútbol.

Cuando estoy a punto de abrir el sobre, un mensaje de mi hermano hace que ilumine la pantalla de mi móvil, avisando que se encuentra esperando a por mi.

Corro hasta la entrada la cual atravieso, y no tardó en ver a Jake, quien me recibe con los brazos abiertos y despeinando mi cabello.

—Enana, llevo siglos esperando ¿donde estabas? —le doy un manotazo.

—No mientas, solo me tarde 5 minutos. —rueda los ojos haciendo que ría.

—Que traes ahí? —señala el sobre, me encojo de hombros sin saber que respuesta darle, ya que ni yo sé que es lo que contiene.

No le damos más vueltas al asunto y subimos a su coche. En tan solo unos minutos ya nos encontramos frente a nuestra gran casa.

Antes de querer huir para abrir el misterioso sobre, mi madre me detiene.

—Riry, ven a almorzar. —su dulce sonrisa me hace imposible que le niegue.

Dejo mi mochila al lado de la escalera, con el sobre encima. Mi padre no tarda en salir de su oficina dejando un beso en la coronilla de mi cabeza.

—Y como les fue en clase? —pregunta mi madre sacando un tema de conversación.

—A mi bien... —pienso en si no me arrepentiré de decir lo siguiente. —Un chico me invitó a salir.

De inmediato siento las miradas pesadas de mi padre y mi hermano.

—Eso es genial, Riry. —alude mi madre emocionada.

Ella siempre a querido que salga con un chico que me aprecié, solo hay dos problemas....

—Quien te invito? —masculla mi padre con tono molesto.

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