Alexandra Martínez, una cantante y actriz joven y popular que es llamada para cantar en el medio tiempo de la Super Bowl allí se encontrará con Marshall Mathers, el famoso Eminem y empezará su montaña rusa amorosa.
Dos polos opuestos, que quemarían...
Miré el anillo que tenía en el dedo sin poder creerme que me fuera a casar con Marshall, sorprendente verdad? Si a la Alex de hace un año y medio se lo hubieran dicho, le hubiese dado algo y si se lo hubiera dicho a Marshall se hubiera reído mucho.
No podía parar de mirarlo, era precioso, quien diría que Marshall tendría tan buen gusto?. Encajaba perfectamente en mi dedo y según Marshall "me quedaba de puta madre", cada vez que me veía mirar el anillo tan ensimismada como ahora, su ego se hinchaba y se le ponía dura, aún que el dijera que no, era cierto, cada vez que me pillaba mirándolo fijamente me acababa follando, para él ponerme un anillo en el dedo significaba que era suya, estaba marcando territorio, creía que al hacer eso no se me acercaría ninguna persona del género masculino, pero no funcionaba así, igual que los chupetones que me hacía, tenía el cuello tan adolorido por ellos que me dolía una barbaridad.
Volví a casa de Marshall hace una semana, no le dijimos a nadie que habíamos vuelto, solo a mi madre por razones obvias la cual se alegró mucho pero le dijo algo a Marshall sobre un rodillo que no acabé de entender, no queríamos llamar mucho la atención por eso yo no salía casi para que no me pillaran los paparazzis y Marshall solo iba del estudio a casa. La verdad es que ha sido una semana maravillosa y tranquila, sin que nadie nos molestara, es como si solo fueramos el y yo.
Me frotaba el cuello de un lado a otro mientras removía la pasta, pero me sobresalté cuando sentí unos brazos rodearme la cintura y un pecho en mi espalda, al instante me relajé al oler su colonia era inconfundible, se acercó a mi cuello y me retiró el pelo hacia un lado para dejar mi cuello desnudo, mientras lo olía y dejaba besos húmedos por él.
"Mmh que bien huele" dijo acercándome más a él si eso era posible
Seguí removiendo la pasta mientras hablaba "Estoy haciendo espaguetis" le dije girando un poco la cabeza quedando muy cerca de su cara, tanto que nuestras respiraciones se mezclaban
Miró de mis labios a mis ojos "No hablaba de la comida" y de un momento a otro estampó sus labios contra los míos mientras paraba el fuego...
Me agarró de las caderas girandome para que quedaramos cara a cara sin dejar de besarme, sus suaves labios eran tan calidos e intensos que me era difícil no gemir, le rodeé el cuello con los brazos y le acaricié el pelo tirando de vez en cuando de él. Se separó a regañadientes y me miró de arriba a bajo, su mirada hizo que me hormigueara y calentara el cuerpo, se dio cuenta y su labio se curvó hacía arriba, llevó una mano a mi cuello rodeándolo suavemente mientras se acercaba a mi oído y me susurraba.
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"Quieres que te folle, aquí y ahora?" tragué saliva, dios si, pero iba a hacer la comida...
"Yo y-yo iba a hacer la comida" le dije inocentemente
