Capítulo IV

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Semanas después de lo ocurrido, Lisa siguió asistiendo a la escuela.

Pero Radel no, Lisa estaba profundamente conmocionada por lo sucedió aquel día.

Unos de esos días de clases, en Biología, la profesora Cumbrera tocó un tema delicado: la anorexia.

Se suponía que la anorexia es un trastorno psicológico de la alimentación, por el cual el afectado -principalmente mujeres jóvenes- rechaza el alimento y se percibe gordo; En general, falta de apetito.

Lisa pensó en Radel.

Radel tenía esos síntomas... Tenía anorexia.

Al escuchar a la profesora, salí aterrada del salón hacia el baño.

Radel.

Mis dudas se oficializaron, Radel padecía de Anorexia.

Tenía que visitarlo, pero inmediatamente recordé la terrible escena de la casa.

Mi cabello aún sufría por los químicos de la pintura.

TENGO QUE AYUDARLO pensé sí o sí.

Saqué de mi bolsillo el celular y marqué el número de la mamá de Radel: Claude.

Después de pitar varias veces, Claude contestó la llamada.

-¿Hola?-contestó Claude. ¿Quién es?

-Hola, es Lisa...-respondí-. La amiga de...

-Lisa-cortó Claude-. Tenemos que ayudarlo

Su voz estaba quebrada, empezó a llorar.

-Sí, Claude...no... Radel me atacó ese día... vale...Allí estaré... no, así será.

Colgé.

Claude me contó que desde aquel día, Radel no salía de su cuarto, rechazaba los alimentos y como un loco obsesionado se dedicaba a pintar 24/7.

Me pidió que fuera a su casa a ver a Radel, a "intentar" hacer que entrara en sí.

Me aseguró que no me haría nada.

Me sentía sumamente triste, Radel... Mi amigo... ¡Mi mejor amigo en aquella situación!

De mí salieron espontáneamente lágrimas de pena.

El timbre sonó.

Rápidamente me sequé las lágrimas y salí del baño.

Radel...


Cuando las clases acabaron salí de la escuela, más rápido que flash.

Cuando entré a clases, la profa. Cumbrera me preguntó que tenía y no tuve más remedio que contar que Radel padecía de anorexia y estaba aferrado a no comer y a no salir de la casa. Moría de hambre, pero él estaba aferrado a la idea de que estaba obeso.

No sé en qué momento, ni cuando fue que Radel empezó a padecer esto. Los últimos días antes de que entrara en su estado actual se mostraba, silencioso, apagado.

Solo Dios tenía el poder de hacer que Radel entrara en sí.

Caminando hacia la casa de Radel -ya a pocas casas- distinguí gritos, me asusté.

Así que rápidamente corrí, y observé asombrada la escena.

Radel se había encerrado en la casa y había dejado por fuera a Claude.

Al verme Claude se estremeció y me jaló hacia el porche.

-Radel...-dijo entre lágrimas-. No sé lo que le pasó... Al llegar de mi trabajo, me senté a ver mi programa de las 7:00 p.m., sentí que algo me golpeó, me desmayé y cuando desperté estaba tirada aquí.

Claude no paraba de llorar.

-Tranquila-dije-. ¿Está la llave de repuesto?

-No-dijo atacada-. La quitó.

El pánico me invadió, pensé lo peor... Se está matando pensé

No pensé es tiempo de hacerle frente al miedo.

Y de pronto mi lado salvaje tomó forma, me acerqué a la puerta y la pateé una, dos, tres veces, hasta que la puerta cedió y se cayó.

La casa estaba totalmente destrozada.

Un huracán pasó por aquí pensé.

Y con esa escena salió Radel con una AK-47.

Su aspecto era muy diferente al del otro día, su cara estaba totalmente manchada por pintura negra.

Su cuerpo estaba totalmente raquítico, parecía un esqueleto andante, su expresión era totalmente demacrada.

-¡OH DIOS MÍO!-gritó horrorizada Claude-. ¡Baja eso, Radel! ¡Por el amor de Dios!

-Radel-dije intentando calmar el momento-. Baja eso por amor a Dios.

-¡NO!-gritó-. Sé lo que planean hacer, ustedes quieren verme totalmente obeso, ¡PERO NO SE LOS VOY A PERMITIR!

Y levantó su arma hacia la cabeza.

Claude se arrodilló llorando como una Magdalena.

-Radel-dije intentando calmarlo-. Mírame, no lo hagas por favor ¿Recuerdas aquel día donde nos subimos a la montaña rusa del Play Land Park?

-¿Recuerdas el día en la cafetería donde me llamaste gordo?-preguntó Radel histérico-. ¡¿LO RECUERDAS?!

Lisa recordaba ese día. Era una pequeña broma que Lisa le hizo a Radel: el era muy comelón.

-Radel, ¡FUE UNA PUTA BROMA!-respondí casi gritando-. ¡LAS BROMAS NUNCA SE TOMAN A PECHO!

-¡QUE NO ERA UNA PUTA BROMA!-gritó Radel sosteniendo su pistola más fuerte-. ¿Sabes por qué estoy como estoy?

Radel hizo una pausa.

-Estaba cansado de tus bromas estúpidas, las bromas de todos, nunca debiste de enseñar aquellas fotos... ¡TE ODIO LISA, TE ODIO!

Lisa sintió que algo en su interior se quebró.

Recordaba aquello igual... Una vez Radel, le enseño unas fotos de él cuando estaba pequeño: era un niño gordito.

Y Lisa enseño esas mismas fotos a casi todo su grupo.

-Radel... era solo un juego, no puedas pasarte toda la vida tomándote todo a pecho, ¡TIENES QUE APRENDER A OLVIDAR-dije temblorosa-. Por favor, baja el arma y tírala la piso. Hazlo por tu madre y tu mejor amiga.

-¡NUNCA TUVE UNA MEJOR AMIGA!-gritó a los cuatro vientos Radel y seguido jaló el gatillo de la AK-47.

Radel cayó al piso, muerto.

La mamá de Radel estalló en llanto al presenciar aquella escena.

Dios mío, me acerqué a su cuerpo sin vida.

No paré de llorar, pronunciando su nombre: RADEL, RADEL, RADEL, RADEL.

Todo había acabado, Radel se había suicidado.

Por mi culpa, sabía que cargaría con esa culpa: para siempre.

OBSESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora