•|Capitulo 3|•

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Genya se vio curioso.

Por aquella ventana podía observar a los niños prácticamente pegados a un joven chico, de melena bordo y aretes peculiares, que sonreía mientras trataba de calmar su emoción.
Para Genya, Un joven apartado de su entorno apenas la muerte de su madre llego, se le era sumamente hipnotica esa escena.

Al caer la noche su Hermano Sanemi llego a la cálida casa encontrándose con su pequeño hermano al cual no veía desde hace años

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Al caer la noche su Hermano Sanemi llego a la cálida casa encontrándose con su pequeño hermano al cual no veía desde hace años. Se abrazaron sin poderse decir nada, pues las palabras no eran buenas para ellos, lo único que habían heredado de su padre.

-¡Me alegra demasiado tenerte aquí!, Aunque se me hace raro que quisieras volver de tanto tiempo.

Está vez fue la voz de Sanemi que sonó extrañamente alegre mientras cenaban. Fue entonces que Genya también se percató que había un niño más incluido en la mesa, el cual parecía solo estar resguardado por la esposa de su hermano, quien parecía ignorarlos y solo prestarle atención a ese curioso niño.

-Ah, Es que... Extrañaba....estar aquí.

El menor de los hermanos apenas y podía resguardar su curiosidad, Y al parecer el albino había notado aquello. Sin embargo solo ignoro aquello y soltó una risa, Comentando otras cuestiones que llamaron la atención del azabache.

Y así la noche paso.

Genya se preparó para ir a dormir y antes de darse un merecido descanso decidió fumar un poco, observando por la ventana. Fue entonces que se percató de la casa contraria, Pequeña y apenas cómoda, donde las luces permanecen encendidas como si esperarán la llegada de alguien más.

-Te he traído estas cosas de la ciudad, Procura no romperlas está vez

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-Te he traído estas cosas de la ciudad, Procura no romperlas está vez.

Los ojos rojizos se miran reacio, a la defensiva ante cualquier otra cosa. Puede observarlo allí, sentado en el umbral de la puerta mientras deja en la mesita de luz varias piedras hermosas, Brillantes como un diamante.

-¿Por qué sigues aquí?, Yo ya te di lo que querías.

Ante su comentario lleno de enojo finalmente se da vuelta en la cama, tapándose firmemente. El albino suspira profundamente sin decir nada y se levanta del suelo, apaga la luz de la habitación y con crueldad se acerca a la cama donde prontamente pega su cuerpo al del contrario.

No es para nada amable cuando sus gruesas manos obligan al menor a quedarse quieto debajo de su cuerpo, solo por un breve momento hasta que ya deja de pelear y se deja guiar.

La urgencia es fuerte y antes de poder darse cuenta su cuerpo ya estaba invadiendo al contrario.

Sanemi sabe que aquel chico ya pagó los pecados de su hermana, Sin embargo la atracción, casi obsesión que le provocaba no tenía límites.

Cuando sus ojos visualizaron las luces contrarias apagarse suspiro sin querer

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Cuando sus ojos visualizaron las luces contrarias apagarse suspiro sin querer. Apagó el cigarrillo que portaba y se estiró un poco antes de dormir.

Tenía la sensación de que su hermano le ocultaba muchas cosas, sin embargo quien era el para meterse en su vida.


-Ese niño debe ser algún familiar de su esposa, Quizás por eso lo ignoraba.

Continuará

Prohibida Tentación [GenTan-SaneTan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora