El inicio del fin.

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-¡Aireeeeeee! ¡Al fiiiiin!- Grito cuando salgo del gran salón de ensayos.

-En serio, se nota que te gusta la música, Aylwin.- Me dice Cristopher que viene justo detrás mío.

Cristopher es un buen amigo, lo conozco desde hace seis años cuando entre a la orquesta. Y desde entonces hemos sido grandes compañeros.

Él es unos cinco centímetros más bajo que yo, y eso que soy demasiado baja de estatura. Su tez es clara, y combina perfecto con su cabello desordenado color café claro y sus labios rosados y gruesos. Cristopher es, sin dudas, el chico más guapo que alguna vez he conocido.

-Lo siento... Es solo que ahí dentro- digo mientras señalo el salón- ¡sudo como cerdo!- Continúo.

-¿Sudas como cerdo?- Dice Cristopher con una sonrisa.

-¡Sí, Cristopher! ¡Como cerdo!-

-Ay, Aylwin, nunca cambiarás-

-Obvio nunca- Le digo mientras sonrío y lo abrazo.

-¿Irás arriba?- Me pregunta.

-Sí... Supongo que ahí ha de estar mi hermana.-

-Bueno... Anda, creo... Me quedaré a acomodar.- Me dice balbuceando.

Me doy la vuelta y me dirijo al segundo piso, ahí se van casi todos cuando termina el ensayo, cosa que no entiendo porque el segundo piso no es techado y nuestros ensayos terminan a la una de la tarde.

Busco a Giselle, mi hermana, con la mirada, hasta que la encuentro.

Ella es demasiado linda, su tez es morena clara y su cabello es largo y lacio con un profundo color negro, y sus ojos son color miel claro.

Su cuerpo es esbelto, basado en la sencillez. En serio, cualquiera que puediera ver bien, la preferiría a ella, sin siquiera mirarme. Y la verdad no los culpo, los genes le favorecieron demasiado.

-Giselle, ¿ya nos vamos?- Le digo en tono serio, puesto que en la mañana ella ha hecho un lío solo porque no quise pasarle el cargador se su móvil.

-No, vete con Cristopher o yo que sé.- Me dice mientras me empuja a un lado, me ha ignorado por completo solo por hablar con Gabriel, el hermano de Cristopher.

-Claro- Le digo en un murmullo.

Bajo la rampa al primer piso y busco a Cristopher, sin embargo, ha sido una busqueda fallida puesto que no lo he podido encontrar.

-Aylwin...- Dice una voz detrás mio.

-¿Dónde andabas metido, Cristopher?- Respondo a aquella voz con tono enojado.

-Jajaja, yo... Estoy seguro se que mo soy Cristopher.- Me responde ese alguien con un tono divertido.

Volteo, y me encuentro con un joven de cabello negro azabache y cejas gruesas exactamente del mismo tono, sus ojos son pequeños al igual que su nariz, pero sus labios vuelven al mismo tamaño voluminoso de sus cejas, en realidad es muy guapo.

-Ojh, como lo siento...- Le digo, y siento como la sangre sube inmediatamente hasta mis mejillas.

-Tranquila, Aylwin... Solo te vi de pie, y quise venir a platicar- Me dice con una sonrisa se oreja a oreja.

-Si, claro...- Le respondo, tratando de contrarrestar mi rubor, cosa que no es fácil. -Solo una duda...-Continuo con el mismo hilo de voz.

-Si, dime, ¿qué sucede?-

-¿Quién eres?- Le pregunto, y noto una mueca en su rostro. -Oh, no te lo tomes a mal, solo que no conozco a la mayoría que no sean violines...- Continuo, un tanto nerviosa.

Sinfonía de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora