- ¿Qué?- Consigo decir.
- ¿O acaso si te ven?- Pregunta, con un tono seco y enojado.
- Lo hagan o no, ese no es problema tuyo, Sebastián.- Le dice Aldair, con un tono de voz más grave de lo normal. Su rostro es sereno, pero tiene un brillo de odio en sus ojos.
- Responde. - Me dice Sebastián, ignorando a Aldair.
- Déjala ya.- Vuelve a hablar Aldair.
- Supongo que es bueno para ti estar atrás, pues si te confundes... No te ven.- Continua hablando.
- ¿Qué sabes tú sobre sentarte adelante?- Consigo decir al fin.
- Mucho...- Dice, poniendo los ojos en blanco.
- ¿Qué vas a saber tú sobre sentarte al frente?- Le grito. - Es decir, eres un chico que se está colando en una orquesta donde no lo han llamado.- Continuo, mirandole a los ojos y sonrío.
-¿Qué quieres decir con eso?- Tiene una expresión burlona en él rostro.
-¿Qué quiere decir? Ay, Sebastián... - Digo con todo de lástima. -Todos en la orquesta saben que a ustedes dos el maestro no los ha ingresado siquiera a la orquesta B.- Continuo, y sonrío de manera burlona.
-¿Qué...?- Dice Sebastián en un suspiro casi inaudible.
-Todos lo sabemos cariño, el maestro no considera que sepan tocar lo suficientemente bien, pero pues no los quiere hacer sentir mal diciéndoles que no pueden estar en la orquesta...- Digo, y me doy cuenta de que mi voz se escucha como si fuera la villana de la historia.
-Estás equivocada...- Me dicen ambos, Sebastián y Aldair al unísono.
-No, no lo estoy...- Digo, y sonrío. -Si me permiten tengo que irme...- Continuo y me doy la vuelta, como si nada hubiera pasado.
-¡Espera!- Me grita Aldair, quien viene corriendo hacia mi.
-¿Qué?- Pregunto con tono sereno.
-¿Lo decías en serio?-
-No lo sé.- Digo, tratando de que mi voz suene con consuelo. -Quizás tienen talento, pero no técnica. Mi mismo caso- Le sonrío, y sigo caminando mientras saco el nokia de mi papá para avisarle que me venga a buscar.
-Creo que en serio tienes talento- De nuevo la voz de Aldair detrás de mi.
-Eres el único, aparte del maestro, que cree eso. Gracias.- Le digo. -Y supongo que estás bromeando.-
-No bromeo, es que... No tocas hermoso, pero disfrutas la música.-Dice y sonríe. -Ese es el verdadero talento.-
-Gracias.- Le digo, pero tengo un nudo en la garganta.
Al fin alguien cree que puedo hacerlo bien.-Por nada.- Me dice, y se da la vuelta.
Al fin alguien cree en mi.
Al fin alguien cree en mi talento.

ESTÁS LEYENDO
Sinfonía de amor.
RomanceTodos me habían hecho creer que el amor siempre terminaba bien. Pero después de esto, ¿en serio creían que iba a seguir pensando lo mismo?