La Promeza

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Me levantó, sin ganas de ir a clases, para encontrarme con Robert o con sus amigos. Trate de que eso no me afectara, pero no fue así, me afectó, de verdad fui un estúpido al pensar cosas con Robert.

Entre y como el primer día que entre por la puerta, Robert estaba con sus amigos.
Me vio entrando, la expresión en su rostro era más apagada de lo normal, intento sonreírme, y lo ignoré.

Y para mi mala suerte, mi primera clase era con el, tenía la esperanza de que él no entrara, tal vez lo golpearía si lo tuviera frente a mi

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Y para mi mala suerte, mi primera clase era con el, tenía la esperanza de que él no entrara, tal vez lo golpearía si lo tuviera frente a mi. Me encontré con Emma, me sonrió "tal vez aún no se entera de los rumores" —Ayer no hablaste ni dijiste nada.

—Sí, creo que no me he sentido bien estos días.

—Oh... está bien, aquí estoy si necesitas contarme algo.

Pensé en contarle todo lo que había sucedido con Robert, pero no me atreví. Entramos al salón más temprano de lo normal.

Hasta que él entró al salón, Emma y yo estábamos en una mesa, aun que no sería por mucho, ella ya tenía su compañera de mesa. El a cada momento estaba volteando hacia nosotros. Sonó la campaña y todos entraron al salón, espere a que llegara la compañera de Emma para irme, llego y ahora el único lugar libre era a una lado de él.

Pensé en salir, para no sentarme con él, hasta le ofrecí a la compañera de Emma que cambiáramos por un día, pero — ¿Que? Y sentarme con Robert, no gracias.

No quedó de otra, me senté, él me miraba fijamente, yo intento ignorarlo toda la clase, me toca el hombro, no quería voltear pero lo hice— ¿Podemos hablar?— dijo.

Lo dude, de verdad quería que todo estuviera bien, me sentía muy bien con la compañía de Robert, pero todo fue una mentira— ¿Tú que crees? Me tratas como a un pendejo, usándome como tú juguete apostándome.

—Por favor James... quería contarte de eso, lo hice sin pensarlo... Por favor hablemos ahora si, donde tú quieras.

—En ningún lado, tú y yo no nos volveremos a hablar, desde este momento— dije, me levante de la silla y salí para el baño. Me lave las manos y en el reflejo del espejo, ahí estaba de nuevo. Salí antes de que siguiera. Me jalo por el hombro y me tenía sujeto con ambas manos a mis costados, enterrándome las uñas en la piel— Robert, déjame... me estás lastimando.— dije.

—¡No! No voy a ser tu puto títere, me harás caso, hablaremos y me vas a perdonar.

—No... tengo miedo.

—¡¿Miedo?... ¿De que?!

—De ti— el rostro de Robert cambió de su expresión molesta a una de tristeza— No se que es lo que te pasa... pero no me gusta como me tratas, quiero comprenderte, pero tú no me ayudas— Robert me suelta los brazos, lo miro entre lágrimas, se da la vuelta, yo salgo del baño.

Me encuentro a Emma en la puerta del baño para mujeres, me ve el rostro y preocupada se acerca— ¿Estas bien? ¿Que pasa?— en el baño solo se oye un golpe.

—Nada, nada...— ella me abraza— me tengo que ir— voy para el salón, me siento en la silla, las cosas de Robert no estaban.

Cuando salgo de la clase, era hora del almuerzo, voy hacia el jardín, me siento en una de las mesas de madera, veo a Robert solo bajo un árbol. Una parte de mi mente me decía "ve con el" y la otra parte me decía "Jamás en tu vida"

Robert no entró a las clases que tenía en el resto del día. Durante todo el día quise llorar, fui un estúpido al creerle todo eso, que no llego a nada, pero si quería que algo pasara.

Cuando todas mis clases terminaron, salí, Robert estaba igual que siempre, sentado en el asiento de su motocicleta, solo estaba viendo la puerta, quien salía y quien entraba— ¡James! — me grito, pero
lo ignoré.

—James, por favor, hazme caso... Perdóname— por más que no quería, mi cuerpo no me hizo caso, deje de caminar y fui a donde él estaba.

—¿Que?

—Por favor déjame contarte todo, ahora si, por favor.— insistió.

—¿Y que te vuelvas a burlar de mi con tus amigos?

—Hablemos, no es lo que tú crees.

—¿Sabes que el lo más gracioso de todo esto?— no dijo nada— Que por más advertencias que me dieron de ti, y que tú también me diste, mira... aquí estoy contigo.

—Quiero cambiar, muchas cosas que escuchaste de mi no son verdaderas.

—Robert, quiero creerte, pensar que ya no me vas a tratas así, pero no lo creo.

—Dame una oportunidad... por favor. Déjame hacerte muy feliz, y contestarte todas las preguntas que tienes.

Suspire, cuestionando la decisión que estoy a punto de tomar— Hablemos... hoy.

—Gracias... de verdad, no te vas a arrepentir— El estaba a punto de besarme, pero se alejó antes de hacerlo.—¿Quieres que te lleve?— pregunto.— Hoy no le tendrás miedo de morir, te préstate mi casco.— Asentí con la cabeza.

Me dejo en la casa, le dije adiós y se fue. Creí que esta vez sería diferente, que Robert intentaría cambiar su actitud, esa era mi fantasía.

Pasaría a las cinco, dijo que quería llevarme a un lugar que le encanta, y en mi mente solo estaba una posibilidad "Tal vez solo es una trampa, y sus amigos se quieren volver a burlar de ti, cayendo otra vez"

Si esto es otra apuesta, te
juro que te mato.

No lo es, lo prometo.

Mi duda seguía, no la había podido contestar, pero para este punto ya es muy improbable que Robert solo quiera ser mi amigo, y yo también quiero.

Vampire HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora