Capítulo 3

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Shoto espera con paciencia y pereza las órdenes que su emperador le daría.

Muy bien sabía que hace unos días llegó una carta de Kiusta pidiendo el regreso temporal del emperatriz a su nación y Katsuki estaba en una difícil posición.

Lo dejaba ir, o iniciaba una guerra con Kiusta, porque aquel país podía tomar la negativa como una ofensa, o una clara respuesta de que el emperatriz era un rehén.

Por más que Katsuki no quiera, la decisión debe ser llevada al consejo. Es demasiado importante como para que el joven monarca decida por su cuenta.

Shoto solo puede esperar que Katsuki no inicie una batalla contra su propia gente.

Lo comprendía, por supuesto. ¿Dejar ir a su esposo omega que aún no había sido marcado, a tierra de alfas donde los omegas varones son violentados?

Es un rotundo no del emperador.

Todos los temores de Shoto se hacen realidad en la sala del trono, pues Katsuki está hecho una furia total. Las feromonas de rabia pura tienen acobardados a los altas y betas del consejo que piden llevar a Izuku de vuelta a su país.

Aquellos hombres no menosprecian a Izuku, para nada, pues es su emperatriz y el chico más humilde, bueno y gentil que han conocido en sus vidas. Es inteligente, capaz, estratega y lo mejor que pudo pasarle a Cass.

Ayudó más que cualquiera en el reino y logró una estabilidad tanto en el ámbito social económico como en el ámbito político geográfico.

Y es por toda esa ayuda que, en ese momento, piden al emperador pensar bien la respuesta.

No pueden permitir que aquello por lo que Izuku a luchado tanto, quede en la nada por una guerra contra el país vecino.

Es una decisión impulsiva de parte de Katsuki, eso piensan porque no entienden las razones que tiene su Señor para mantener a su esposo en Cass.

Al lado de Katsuki, Izuku sufre en silencio porque entiende que es una decisión descabellada, pero no quiere oponerse.

Por nada del mundo Izuku quiere volver a Kiusta.

Ha visto a su Señor discutir el tema por casi tres horas y las feromonas de todos los alfas que están en el lugar lo tienen mareado.

Con dificultad se levanta del trono contiguo al de su Señor y habla.

—Majestad, el consejo tiene razón. Es una decisión demasiado riesgosa como para dejar que traiga sus consecuencias. Estoy dispuesto a ir a Kiusta.

No quiere ir.

No quiere ir.

Está asustado. Muy asustado, pero Cass es demasiado importante para él. No puede permitir que sus bellos lugares sean destuidos por la guerra.

—No. Tú te quedas aquí y no habrá más discusión.

Los consejeros miran con suplica.

—Emperador, por favor reconsidere.

—No podemos permitir otra guerra.

Y el pleito vuelve a iniciar. Izuku se sienta, sintiendo que cada vez que habla, arruina más la situación y Ochako a su lado lo observa preocupada.

La castaña mira al emperador y por primera vez en mucho tiempo, decide abrir su boca en el consejo. No como la dama de honor del emperatriz, sino como la primera princesa del reino de Cass.

—Katsuki, hermano, ¿por qué no dejas ir a Izuku y de paso vas con él? No quieres que vaya solo y tampoco puedes permitir que una guerra destruya tu reino. La mejor opción es ir con él y evitar cualquier peligro que lo aceche. Hagan que esta sea una visita formal de los emperadores de Cass que tenga como máximo una semana de visita y se reafirme una alianza con Kiusta.

Eternamente, tú (Katsudeku + omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora