(Leyenda)Las Estrellas Enamoradas

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     Hace muchos años, en un pueblo perdido entre montañas, vivían dos jóvenes llamados Elena y Andrés. Desde niños, habían sido amigos inseparables, compartiendo risas, secretos y aventuras. Pero a medida que crecían, sus corazones comenzaron a latir con un sentimiento más profundo: el amor.

     Una noche, mientras paseaban por un prado bajo el cielo estrellado, Elena y Andrés confesaron sus sentimientos el uno al otro. Bajo el manto de las estrellas, juraron amarse eternamente y prometieron estar juntos sin importar lo que les deparara el destino.

     Sin embargo, el destino tenía otros planes para ellos. Una guerra estalló en la región, y Andrés fue llamado a filas para luchar por su pueblo. Elena, llena de temor por la seguridad de su amado, rezó a las estrellas cada noche, pidiendo su protección y su pronto regreso.

     A lo largo de los años, las cartas de amor que Elena y Andrés intercambiaron se convirtieron en su única fuente de consuelo. En cada carta, prometían volver a encontrarse bajo el mismo cielo estrellado donde habían confesado su amor. 

     Finalmente, la guerra terminó, pero Andrés no regresó. Elena estaba desolada, pero aún así, cada noche, miraba el cielo y esperaba su regreso. Las estrellas parecían responder a sus lágrimas, brillando con un fulgor especial.

     Décadas pasaron, y Elena se convirtió en una anciana. Aunque sus amigos y familiares le aconsejaron que dejara de esperar, ella se aferró a su promesa y al amor que había sentido por Andrés.

     Un día, mientras contemplaba el cielo estrellado una vez más, una estrella fugaz cruzó el firmamento. Elena cerró los ojos y pidió un último deseo: ver a Andrés una vez más. En ese momento, una figura apareció a lo lejos, caminando hacia ella.

     Era Andrés, envejecido pero con una sonrisa que nunca había desaparecido. Las estrellas habían escuchado las plegarias de Elena y habían decidido reunir a los amantes bajo su luz una vez más.

     Elena y Andrés se abrazaron con fuerza y se dieron cuenta de que su amor había trascendido el tiempo y el espacio. Juntos, en la última etapa de sus vidas, vivieron cada día como un regalo, bajo el mismo cielo estrellado que los había unido en amor desde el principio.

      Y así, la leyenda de las estrellas enamoradas se convirtió en un recordatorio de que el verdadero amor puede superar cualquier adversidad y que, a veces, los deseos más profundos se cumplen cuando se hacen con el corazón sincero.

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