Harry Potter y el torneo de tres magos -COMPLETO-

Capítulo 27

Harry trabajó con estudios durante todo febrero para prepararse para la segunda tarea. Su encanto desarmador, que siempre estaba por encima del promedio, se había vuelto excelente. Tenía confianza en su capacidad para lanzar un encanto de manera precisa y confiable, y su encanto de colocación era igual de bueno. Tenía un frasco de gillyweed, listo para ser comido inmediatamente al comienzo de la tarea. Incluso le había prestado una brida a Hagrid, que usaríamos en el pecho como un bandolero, listo para usar durante cualquier posible encuentro con kelpie. Se sintió genial.

A mediados del mes de febrero, Hermione dejó de preguntarle a Harry sobre Ginny. Harry se sintió aliviado — porque no había decidido qué hacer con Ginny, pero el problema parecía cada vez menos importante cuanto más lejos se alejaban del Yule Ball. Ginny había dejado de mirar a Harry expectantemente, y Harry había dejado de obsesionarse nerviosamente por las veces que la vería. Quizás Ginny acababa de olvidar las cosas por completo.

Sin embargo, Pansy ciertamente no se había olvidado de Harry. Constantemente molestaba a Harry para estudiar, estudiar, estudiar. Harry se alegró, en realidad — disfrutó su tiempo con Pansy, y no solo por los dulces y la mejora en sus calificaciones. Pansy y Harry siempre habían sido amigos, pero siempre habían sido una especie de Harry y Pansy-Draco. Sus sesiones de revisión fueron la primera vez que Harry y Pansy pasaron un tiempo significativo solos el uno con el otro. Harry realmente descubrió que estaba ansioso por estudiar.

La noche antes de la segunda tarea, Harry y Pansy estaban programados para estudiar. Harry consideró mendigar para poder relajarse, pero sabía que pasaría su tiempo sentado en la sala común, hablando sobre la tarea con quien estaba cerca. Harry confiaba en sus preparativos y no quería terminar pensando en los desafíos inminentes del mañana. Además, Tracey estaba de paseo con Theo, y Draco no se encontraba en ninguna parte, por lo que no era como si hubiera alguien en particular con quien Harry quisiera hablar. No más que Pansy, de todos modos.

Harry y Pansy caminaron juntos al aula de pociones. Cuando llegaron, Pansy se sentó e inmediatamente abrió un libro de texto de pociones.

"Te importa si nos lo tomamos con calma esta noche?" Harry preguntó. "La segunda tarea es mañana, y todo eso."

"Oh!" Pansy puso una mano sobre su esternón sorprendido. "Lo siento, ¡me había olvidado casi por completo! ¿Estás preocupado? ¿Necesitas practicar?"
"No, estoy preparado", dijo Harry. "Realmente no quiero pensar en eso ... pero tampoco quiero desperdiciar mucha energía trabajando en otra cosa."

"Entiendo", dijo Pansy. Cerró su libro de texto y lo metió nuevamente en su bolso. "Tener un asiento. Esta es una zona sin estrés, esta noche."

"Me parece genial", dijo Harry. Se dejó caer en la silla junto a Pansy y apoyó la barbilla sobre la mano. "Estoy tan harto de este torneo."

"Suenas muy tenso", dijo Pansy. "Realmente no has podido relajarte mucho este año, ¿verdad?"

"En absoluto", se quejó Harry. "Es lo peor."

"Pobre cosa." El pensamiento se extendió y frotó ligeramente la parte posterior de los hombros de Harry. "Llevas toda esa tensión en tus hombros y tu cuello. Aquí, ¿por qué no te sientas un poco?"

"Prefiero encorvarme", dijo Harry.

Pansy se puso de pie y se movió detrás de Harry. "No podré frotarte los hombros a menos que te sientes correctamente."

"Oh. En ese mismo momento." Harry se sentó y Pansy comenzó a frotarse el cuello y los hombros. Pansy tenía razón; Harry se había sentido extremadamente tenso este año, y sus manos se sintieron gran. Harry podía sentir que los músculos de sus hombros y cuello comenzaban a aflojarse y liberarse. Cerró los ojos y sonrió...