Día 18: Hasta envejecer

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Sus dedos se encaminaron gentilmente, algo tembloroso e inexperto. Sus respiraciones se superpusieron con agitación, era la primera experiencia tocando a una mujer, explorándola, y no pudo evitar el escalofrío que le recorrió la espalda hasta la punta de sus yemas, donde la explosión se volvía una locura.

Sus propios ojos oscuros no daban crédito a tanta belleza. Ella temblaba ante sus simples roces, sus mejillas encendidas y sus ojos azules acuosos y brillantes parecían difuminarse con el vapor que era visible ya en sus cuerpos.

Era una noche fría, pero la piel quemaba. Era absurdo el calor que sentían y lo húmedo que todo se volvía. Las manos de Yami escalaron pronto por la espalda de Charlotte, cada poro a su paso se erizó. ¡Qué pronto sintió que quería más de eso! Más de ella mirándolo como lo hacía, con ansias, deseo e inocencia, más de sí mismo, como un chiquillo explorando por primera vez el calor abrasador que entrega una mujer.

La ropa ya estaba de más. Sus dientes reclamaban con delicadeza el cuello femenino, mordiendo con besos, hacía suyos sus pechos que agitaban cada vez más su respiración. El aliento empañaba cada centímetro de ella, cada curva que era recorrida por sus manos grandes y curiosas.

Besar desde el principio hasta el final de las piernas, sintiendo el cuerpo de Charlotte convulsionar y era él, y solamente él quién estaba mirándola florecer de esa manera; y ¡Joder qué bien se sentía!

Yami no sabía lo que era amar, pero seguramente si alguien se lo explicara, comprendería la inmensidad de eso que ya sentía por ella y respondería sin dudas que aquello, era incluso un paso más allá de esa pequeña palabra que presume resumir algo tan grande.

En medio de sus piernas entendió que quería ser solo él quien pudiera tener eso de ella; y fue aún más allá, quería ser quien provocara sus sonrisas, quien calmara sus tempestades, quien llenara cada noche de desvelos hablando de tonteras, quería ser él quien la apoyara.

La quería en su vida, no solo esa noche.

Cuando ya la tenía contra su pecho, tratando de contener el ritmo de su respiración, se volvió evidente que aún después del placer, ahí la quería mantener, contra su pecho, cerca de su corazón y entre sus brazos.

Y se aterró... le aterró la idea que ella se fuera, así que simplemente lo verbalizó.

—Quédate.

Ella solo asintió, tal vez era una noche. Él notó su sonrojo, notó su ki balancearse y sonrió.

Él ya estaba jodido.

—No solamente ahora; también mañana y el día después... hasta envejecer.

Charlotte abrió sus ojos azules y se incorporó. Por ese instante no sintió vergüenza de su desnudez. Es que esas palabras le parecieron un sueño.

Yami carcajeó mirando primero esos profundos y bellos ojos y luego su vista viajó hasta el valle de sus senos, pensando que no importara cuántas veces la viera, seguramente no se cansaría de hacerlo jamás.

—Deja de mirarme y repite eso, no quiero hacerme ideas que no son.

Ni sus mejillas coloradas, ni la tierna forma en la que había cubierto su pecho la hizo sonar menos solemne. Ella era una maravilla, y qué idiota había sido por no notarlo antes.

Aunque sería mentira decir que no la había notado, por supuesto que lo había hecho. Pero lo nuevo y fascinante fuera que ella lo mirase al él de esa manera.

—Lo siento, pero será imposible dejar de verte. Y sobre lo otro... es eso, quédate conmigo hasta envejecer, no hay truco o manera de malinterpretarlo. Me encantas, Charlotte.

Aquello era nuevo y por un momento Charlotte sintió que quería seguir descubriendo cosas de él. La respuesta era tan clara que no pudo evitar reír entre lágrimas, y la sonrisa más sincera y abierta que jamás le habían dado le otorgó la respuesta a esa propuesta antes de que sus labios dejaran salir las palabras.

—Claro que quiero envejecer a tú lado, Yami, claro que quiero.

No dijeron nada más por largos minutos. Fue un acuerdo tácito que ella volviera a acurrucarse en su pecho y que él envolviera su delgado cuerpo entre sus brazos fuertes.

Esa noche le haría el amor hasta perder el aliento y con ello comenzaría una promesa que los acompañaría, hasta que envejecieran.

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N/A: y casi no llego!!!

Ufff quisiera haber aportado más, mucho más! De hecho no lo cerraré hoy porque me quedé con algo pendiente aquí (como en otros xD)

Pero quise hacer este sin poner demasiado drama y me fui directo a la trama jajajajajajaja y como modo de compensar que ni un beso los había hecho darse, pues aquí hay mucho más que un beso (aunque no lo haya descrito como tal, supongo que se entiende xD, sino, díganmelo)

En fin, gracias a quien pase y espero leernos pronto!

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⏰ Última actualización: Sep 19, 2023 ⏰

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