Capitulo 7 - Podemos a escondidas

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3 / Diciembre    6:45 a.m

Lea no pudo dormir muy bien anoche y aunque fue la primera en dormir, estuvo bastante incómoda, trataba de buscar una posición buena pero nada, así que cansada de eso, tomó una sudadera y salió a tomar aire, aire puro. Pedro abrió sus ojos y notó que la cama de Lea estaba vacía, la buscó en el baño y tampoco, preocupado por ella, tomó una chamarra y salió de la cabaña. El sonido de la puerta hizo que Lea lo volteara a ver

—Buenos días, Pedro—. Dijo Lea bostezando

—Qué haces aquí? Hace frío y es temprano—. Preguntó con su voz ronca de recién levantado

—No podía dormir—. Le contestó restándole importancia

Pedro se puso a lado de ella y rozó su mano con la de ella

—Quieres caminar un poco?—. Preguntó Pedro

—Está bien—. Aceptó

Empezaron a caminar por el bosque, Lea sabía el destino, Pedro solo la seguía sin saber a dónde más caminar. El profe varias veces logró rozar su mano con la de ella y cuando lo lograba solo ocultaba una sonrisa, Lea cada que sentía la mano de Pedro, quería tomarla y entrelazar su dedos con los de él pero temía a que alguien los vea. Cuando llegaron al lago, Lea se puso en la orilla pensando seriamente si meterse o no, Pedro solo la vió, mejor dicho vió el cuerpo de ella, más específico su trasero, no pudo evitarlo

—Profe, se anima a meterse?—. Preguntó Lea

Pedro volteó a ver al cielo y fingió no haberla escuchado y para exagerar más, cerró sus ojos como si estuviera disfrutando de los sonidos que hay en el bosque. Lea lo vió y se le salió una sonrisa, tiene miedo de enamorarse de Pedro, pero es imposible no hacerlo, es un hombre perfecto para ella

 Lea lo vió y se le salió una sonrisa, tiene miedo de enamorarse de Pedro, pero es imposible no hacerlo, es un hombre perfecto para ella

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—Profesor Pascal!—. Gritó para llamar su atención

—Dime, qué necesitas?—. Preguntó

—Hay que meternos—. Propuso

Pedro negó varias veces, ni de loco se iba a meter al lago. Lea llegó hasta él y le tomó la mano para jalarlo a la orilla

—Linda, no me quiero meter—. Habló serio

Lea sonrió traviesa y trató de empujarlo pero no logró ni moverlo un centímetro

—Lea, hablo en serio—. Dijo más serio

—Está bien—. Dijo Lea fingiendo estar triste

Hizo un último intento por aventarlo pero no lo logró, lo único que logró es que Pedro la haya tomado de los brazos y acercarla a él

El otro lado de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora