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Naruto ni Harry Potter me pertenecen son de sus respectivos dueños así como los animes que salgan aquí.

Sin más que decir se despide su amigo y que comience este jodido capitulo de mierda.

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Habían muchos tipos de miradas mientras que se dirigían a la persona que caminaba en medio de aquellos pasillos.

Asombro.

Impresión.

Duda.

Y la que más reinaba, miedo.

Un hombre elegantemente vestido de traje pero con el sombrero en su mano caminaba sin siquiera prestar atención a las personas que le rodeaban.

El era Cornelius Fudge.

Cornelius usualmente se mantenían en el Wizengamot, después de todo su trabajo ocupaba la mayor parte de su tiempo, salir significaba que algo verdaderamente grave había sucedido.

Y estaba en Hogwarts no menos.

Cornelius vio con sus ojos brillantes donde era su último destino, casi se le había paralizado el corazón al conocer aquella noticia.

Hogwarts siempre presentaba el plan de estudio para cada año antes del inicio del curso lectivo para ser revisado por el Ministerio, claro que el Ministerio no intervenía ni podía anularlo, simplemente era una cortesía ya que si sucedía un accidente dentro de las instalaciones el Ministerio podría al menos conocer un factor que pudo haberlo provocado y se ahorrarían días en investigación.

Eso lo supervisaba el área administrativa, jamás imagino ver a su supervisor en esa área correr a él con el archivo de los cursos que se llevarían en Hogwarts este año a la 1 y media de la mañana.

FLUSH.

El abrió la puesta, no necesitaba presentación, ser el ministro de magia podía tener sus ventajas en varios aspectos.

Un no sorprendido Albus le veía detrás de su enorme escritorio de caoba, tenía una pequeña pila de papeles a su lado izquierdo, una pluma en su mano derecha y unos anteojos que soportaban su peso en la nariz del anciano.

Albus vestia una túnica de color rojo carmesí y en su sombrero cuadrado de color rojo con toques dorados estaba en su cabeza.

Cornelius paso mientras que cerraba la puerta, lentamente al ver que estaba cerrada entonces siguió caminando a aquel que había sido su asesor sus primeros años de mandato.

Cornelius pudo ver el interior de aquella oficina, era enorme, parecía la torre de un castillo, cientos, sino miles de libros estaban en las estanterías que pegaban gasta el techo.

Cornelius también pudo ver el Phenex de Dumbledore, yacía ahí postrado, se notaba viejo, ya cursando los últimos años de los 15 que solía vivir o bueno antes de explotar en cenizas, pero incluso con su edad aquella aventura conservaba su majestuosidad, como un anciano honorable y respetado.

-Cornelius mi buen amigo, siéntate, debo decir que no me sorprende tu visita pero la esperaba más tarde, ¿Te sirvo chocolate caliente?-Habló/Pregunto Albus mientras que sacaba su varita para hacer levitar un par de tazas.

Cornelius no pudo evitar asentir ya que Hogwarts era conocido al estar en el bosque protegido de capas y capas de hechizos, lo que provocaba que fuera muy pero muy frío, no tan frío como el Colegio de Bulgaria pero si uno de los 3 primeros.

Albus murmuro mientras las tazas se llenaban de chocolate caliente y tres malvaviscos flotaron cuando el chocolate estuvo listo.

Cornelius le dio un sorbo al cholate mientras que suspiraba de alivio al sentir su cuerpo calentarse un poco.

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